ALERA II
9
acaso en el silencio,
o sin sentirlo apenas,
te acercas a mí
como entre sueños
y tu cuerpo de algodón,
como una almohada,
se abraza a mis espaldas,
y yo que me despierto
acaso,
no digo nada,
nada.
Mariano Ibeas
9
acaso en el silencio,
o sin sentirlo apenas,
te acercas a mí
como entre sueños
y tu cuerpo de algodón,
como una almohada,
se abraza a mis espaldas,
y yo que me despierto
acaso,
no digo nada,
nada.
Mariano Ibeas
8
te das a mí
como moneda de oro
y yo, a cambio,
en calderilla, devuelvo
tus caricias,
en avaro desvarío,
lentamente te das a mí,
y te entregas toda,
toda tú y yo,
a cambio no puedo darte
nada, casi nada,
no poseo más que lo que tú
me das:
Todo.
Mariano Ibeas
7
tendido al viento
un vuelo de torcaces
rompe la soledad
en mil cristales...
vierte su caudal oscuro en la ladera
la sombra de guadaña:
el buitre cenital otea
calma gris de encina milenaria
pasa el río
... y no se queda.
Mariano Ibeas
5
fue canto su dolor
a voz en grito
y sangre fue la tierra
en herida mortal desencajada
y no hubo sombra ya
en sombra derramada
sólo encierra
en el hueco de su seno
un desgarro de soledad
renacida
¡herida de muerte está su vida!
Mariano Ibeas
3
y nada acaba
y nada nace
tan sólo se enlazan el tiempo
un eslabón de sucesiones
la cadena del vacío,
un escalón tras otro,
la condena de estar viviendo
condenado a muerte.
Mariano Ibeas
1
Sólo dijo:
"tengo sed"
y de su boca, la surgencia
de hiel y miel
a un tiempo concedidas:
la hiel de la vida
la miel de la muerte.
Mariano Ibeas
Contrapartida
Quiero partir contigo
el pan en el silencio,
compartir las palabras
apenas salen de tus labios
saborear despacio
el sol de atardecer
y la caricia del aire
aflorando en la piel
sabiendo que estás cerca,
que sientes y consientes
conmigo.
Quiero que partir
no tenga ya el sentido
de partirse sin más
y ya no estar
roto y partido, dividido,
que el sabor amargo del adiós
no rompa el aire
y los gemidos,
que nadie quiera quebrar
los claros del silencio.
Quiero partir sin más
sin ruido
y acarrear las sombras
del miedo y de la duda
y quiero partir contigo.
Mariano Ibeas
“No, si yo no digo
que no estén bien donde están:
¡Estos claustros!
José Hierro
¡Estos Claustros.!
No, si yo no digo,
No, si yo no sé dónde están…
estos claustros
si no los he visto nunca!
Sólo conozco un lugar
donde estuvieron
unas puertas: Uncastillo,
donde sólo queda el hueco
y la cicatriz lacerante
en la fachada…
media iglesia,
junto a la Plaza
del Mercado __ habitada__
y la otra media,
y la portada
el hueco, el vacío y la vergüenza,
la huella de lo que fue
son ahora ya recuerdo
y pesadilla,
ya son nada…
no, si yo no digo
que no estén bien donde están,
yo sólo cuento el vacío.
MARIANO IBEAS
Nota: Este "contrapoema" nace de otro de Hierro de "Cuaderno de Nueva York", al contemplar el "Museo de los Claustros"... y yo recuerdo Uncastillo en Zaragoza, un capítulo más de la incuria y el expolio en Aragón
“Las nubes puestas a secar al sol”
José Hierrono hay cielo, casi nada
un leve trozo marcado de horizonte
bancos de parque, __ escasos __del suburbio
y unos cuantos árboles,
álamos blancos, álamos temblones
el aire no mueve ni una hojanada.
Mariano Ibeas
Pozo
" A Sider ^*^ en homenaje a las raíces rurales
que casi todos llevamos dentro,
a la sed secular de los Monegros,
y en agradecimiento a la pasada "paella monegrina".
Del huerto al pozo
y del aro al brocal
al puteal círculo
de piedraverde de verdín
oscura hiedra
hondo en el fondo de oscuridad
eterna cueva vertical húmeda y sonora
caída de la piedra
lágrima viva
el canto cantarín
piedra de David en el ojo del cíclope
llanto de piedra cenital
recto y profundo
un chapoteo seco
y luego también armónicos goteos
de llanto en la pared
orlada en jaramagos
la piel de telarañas
en el ojo vertical
tejen su tela las arañas
y son de siglos
en el rechinar de la roldana
restos de otoño
sonora la hojarasca…
y un vuelo de vencejos
siega el atardecer
tejiendo y destejiendo
el aire azul
asaetean la torre de la iglesia
piedra sobre piedra
vuelve el oro de la tarde
arden en el monte las encinas
y en la sierra el manto gris de anochecida
pide una tregua…
vuelve la vida.
Mariano Ibeas
Huerta / huerto
Llévame,
llévame al huerto
donde crecen las ortigas
donde nacen y mueren los cerezos
llévame al huerto
al huerto y a la higuera
y a la sombra dulce, verdecida
de la tarde de abril,
y al agua dulce de mayo
y al temblor de la espera
a la hora de la siesta
_ tiempo moroso de los besos_
ardor del sol
al amor de los grillos
y las chicharras
una línea negra de hormigas en hilera
dibuja un horizonte
tras las piedras.
Llévame,
llévame junto al pozo
y dame de beber
a tu manera,
sedienta espera mi piel
tu lluvia de caricias
llévame al huerto
al tiempo de cerezas,
al aroma dulce de las claudias
y al seco crepitar entre los dientes
las peras de San Juan…
llévame al huerto
en otros tiempos viva
la cerca derruida
celados los bardalesde zarzas y de endrinas
ya no encajan en sus goznes
las puertas abatidas
la llave de madera
marca una cruz de cementerio
llévame,
llévame de aquí
el huerto… ha muerto.
Mariano Ibeas
Suaves colinas II
Manuel. Vicent
tus dos colinas
Mariano Ibeas
“Colinas”
en la concha de las olas
Mariano Ibeas
los ríos de la vida.
MARIANO IBEAS
QUINCE.
“Mar”
CONTRAMAR
“El mar, y nada más…
… ¿quién podría vivir en la tierra,
si no fuera por el mar?
(Luis Cernuda: El joven marino)
“este mar lleva dentro mucha música,
mucho amor, mucha muerte, y también mucha vida”
(José Hierro: Cuaderno de Nueva York)
Más allá del mar
está la muerte
del tiempo
y su correr de olas y suspiros
que se hunden en la nada.
Más allá del silencio
está el abismo del no ser
sintiendo
el amargo sabor de las arenas.
Más allá del amor
que llevo dentro,
se ocultó el poeta
tejiendo y destejiendo versos
en una puesta de sol.
Más allá de la música
que me llama
hay un islote de palabras
y sirenas
y yo en medio
náufrago de derrotas
y de sueños
a los que me arrastró el viento.
(Homenaje al cine… hace ya más de un siglo)
que mata el sueño.
Mariano Ibeas
“Cueva”
“Un ojo, una mirada…
“Polifemo”
fuente y manantial,
alfaguara,
río lanzadoMariano Ibeas
“Tierra” Mira mis manos
Mira mis manos
_ la muerte acecha_
paso la página,
lo entiendo.
Mariano Ibeas