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DESDELDESVAN

TRIGONOMETRÍA

TRIGONOMETRÍA VI

                VI Cosecante


 

                        La tarde es una vasta conspiración de sombras...

                                                                                  Ada Salas


                         Al hilo de los días
                        el reducto se cierra
como un dogal
sobre mí mismo
y no puedo respirar
tan sólo hurgando en el vacío
encuentro en las tinieblas
los límites de mis sentidos.
Oigo mi voz
helada entre los labios
despedazo migajas de pan
entre los dedos
y el olor de la muerte
me llega en vaharadas,
como neblina helada
una cellisca
un escalofrío
que alerta los poros de mi piel,
saboreo el miedo
como un somnífero
y me duermo temblando
al borde del abismo

al borde de mí mismo.

 

 

MARIANO IBEAS

TRIGONOMETRÍA V

 

                       SECANTE

                           La flaca memoria de los vivos :
                         los muertos también morirán, algún día,

                                               según dijo el maestro Unamuno.


                         Al olmo viejo
                        y muerto de grafiosis
no le partió el rayo :
resistió de pie,
cuanto pudo…
Tampoco le cantó ningún poeta
nieto de Machado,
muere de pie,
al pie del cementerio abandonado
cercano al Pirineo
con la dignidad triste
de los héroes de Casona ;
no le dio su abrazo
verde y mortal, la enredadera,
ni tejen en  su entraña,
su tela sutil de Penélope insomne
las arañas…
ni ejército de hormigas, etc. etc.
comido de xilófagos
se asoma al escueto cementerio
al féretro comunal de lajas de piedra
que celan cruces
y retratos
viejos de viejos muertos ;
la flaca memoria de los vivos :
« muertos que también morirán

algún día »

... según Don Miguel de Unamuno.     

                                          En Morillo de Tou  (Huesca)

                      Mariano Ibeas

TRIGONOMETRÍA IV

COTANGENTE


            « como un sabor,  amargo y tierno,

            a veces excesivo »
            nunca nuncas,
            siempre siempres ;
            es mejor recordar
            y no decir : « mirar
            atrás no sirve »
            ni siquiera contemplar el mar
            y la ciudad dormida
            como una estatua de sal
            al mediodía;
            mirar al mar siempre
            es enfrentarse al tiempo
            y al futuro
            con el ardor de la esperanza
            y la fe que da la muerte
            como afirmación absoluta
            de lo efímero;
nunca la negación
fue fértil en tierra estremecida
            mejor decir que sí
            aunque la herida

            sangre sin cesar.

 

 

           MARIANO IBEAS

TRIGONOMETRÍA III

III
 TANGENTE
“cierra los ojos, es solo un sabor, salado y suave”
                                   Tango, tetigi, tactum
           
Sólo un instante
            en el vuelo veloz
de una mirada
se iluminó tu rostro
te fuiste
luego entre la gente
como en el bosque
_ en mi bosque adolescente
la huida de la Corza Blanca_
la herida mortal
de una mirada,
            sicut cervos ad fontes,
arrastrando un rastro de sangre
esa mirada
            juega conmigo cada noche
y me visita fugaz
de amanecida;
del rostro no queda
sino una luz
que flota en los cristales…
y un temblor de escalofrío
que me recorre la piel
¡era tan bella!,
             tota pulchra,
cuando el azar no quiso
cerrar de golpe la puerta,
_ fue tan solo un instante
en un sueño febril_
 y dejó la puerta entreabierta

que daba al paraíso.

 

MARIANO  IBEAS

TRIGONOMETRÍA II

 Coseno II

                        (Versión II)


... puede atarnos a ratos la mordaza
del silencio
y estallar la risa
o liberar el llanto…
sólo el amor convoca
en el sopor del sueño
y basta un roce, una caricia
para echar a andar la vida.
En el hueco del hueco acompasado
el grito y la caverna,
y la carne ahíta reposa entre los pliegues                 
de la piel contra la piel,
con la sal del sudor,
y el sabor de tu piel

ácido y fresco.

 

 

MARIANO IBEAS

TRIGONOMETRÍA II

       COSENO

           cierra los ojos,

es sólo un sabor ácido y fresco”
                                                                      
            Me estalla entre los labios
            el fresco sabor de las cerezas
            y el lento sopor de amanecida
            se abandona entorno a mis caricias;
            hay un temblor de alas
y de hojas
en el hueco de tus ojos;
y mano en la mano,
en cuenco se vacía
el licor de los instantes,
la huella removida en las arenas
del tiempo en el reloj
no  nos convida.
No hay prisa:
                        El día nos contempla
a través de los cristales
un instante
y luego, lluvia fina,
                        recorre los espejos,
se escuchamos el parloteo juguetón
del agua en los aleros
tarde en la tarde…
puede venir la noche agazapada
en sombras,
puede llegar el día
y transcurrir despacio,

a pasos de serpiente,

                        (Versión I)


 arrastrando los instantes;
            sólo la risa estalla
                        de vez en cuando,
sólo el amor convoca
en el sopor del sueño…
y basta un roce, una caricia
para seguir viviendo,
el hueco en el hueco
                        acompasado,
el grito y la caverna
                        y la carne
ahíta reposa entre los pliegues
de la piel contra la piel
con la sal y el sudor
de tu cuerpo

                        ácido y fresco.

 

 

MARIANO IBEAS

TRIGONOMETRÍA I

     SENO

“cierra los ojos, es sólo

un sabor dulce y caliente”

   Cierra los ojos

y recuerda estremecido
el sabor dulce y caliente
entre los labios
y luego ruda, golosa y cruel
dentellada
casi un duelo, o una apuesta
con la muerte…
¿No queda nada de aquel instante
en ningún recodo de la piel ?
¿sólo sabor de cenizas
y polvo
entre los dientes ?
Amarga fue la vida
y el sabor de las caricias
más tarde ya se olvida
entre el roce torpe de su mano
encallecida
_ no hubo casi afectos,
sólo distancias, años infinitos
estirando inmisericorde
la cuerda del tiempo_
y labrando
el profundo surco de los años
en la frente
Hoy,
sólo el dolor y la rabia
están presentes.
Ahora,
el saldo final es la amargura.

                                                                 

MARIANO IBEAS