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DESDELDESVAN

LA PIEL

TE IRÁS

            Te irás

 

te irás

lejos de mí

y serás como el río

que no vuelve,

serás como manantial sereno

que da sin agotarse

la transparencia de sí mismo

y serás como el agua

que ajusta  el cauce a sus orillas,

que duda

en los remansos

que se revuelve en remolinos,

que canta entre los cantos

 

y luego

ya vencidas y rotas

sus espumas

huye de repente,

fluye tal vez

            y se acompasa

 

te irás

            como el agua

                                   dulcemente.

 

 

Mariano Ibeas

GRITA EL VENCEJO

Grita el vencejo 

 

grita el vencejo

mientras traza

en torno de la torre

su tela sutil cual las arañas

que atraparán mis sueños

 

tiembla en el aire

el último perfume

que no borrará las sombras

ni el perfil de los cerezos

 

cruza el umbral

de lacre derretido

del horizonte el sol:

un homenaje  a la luz

que deposita en polvo

tras los visillos

los últimos

suspiros de la tarde.

 

Mariano Ibeas

CORRO Y LA VIDA ME PERSIGUE...

Corro y la vida me persigue...

               II

... y encierro en un puño

mis deseos:

ser sólo un árbol

            al borde del camino

vigilar las sombras

atrapando la luz

a ramas llenas,

beber ávido

en las raíces

el agua de nieve

generosa del invierno

acumular paciente

bajo la piel de la corteza

la crónica veloz

de las sequías,

las heridas del rayo

los desgarros del viento

y ofertar  exuberante

tal vez

algunas flores o frutos,

o semillas,

la leña del hogar...

poder soñar tal vez

al borde del camino...

“dichoso el árbol que es apenas sensitivo

y más la piedra estéril

porque ésta ya no siente”

                       

(Rubén Darío, “Lo fatal”,

                             Cantos de vida y esperanza)

 Mariano Ibeas 

CORRO Y LA VIDA ME PERSIGUE...

Corro y la vida me persigue

                            I

No imites la ceguera del río

que no conoce pausa.

                             (Clara Janés)

corro y la vida me persigue

¿ o es tal vez la muerte?

no puedo desatarme:

como en sueños

caigo vertiginoso

en lo hondo sin final

del tiempo,

en un túnel de luz

_ yo envuelto en sombras_

 

para cerrar de golpe

la puerta de los miedos

medito al despertar:

no ser

no vivir

no haber sido.

Mariano Ibeas

¿Y QUIÉN LE PONE PUERTAS...?

¿Y quién le pone puertas al bosque,

y a la niebla

y al viento?

 

No es posible embridar el pensamiento,

ni encerrar los sueños

en un odre viejo,

ni el mar se esconde

           en un recodo de las rocas;

el bosque de palabras fluye

por la boca del volcán,

nueva tierra,

nueva vida

surge del fuego y de derrama

por la herida...

 

Mariano Ibeas

MILAGRO BUKOWSKI

MILAGRO BUKOWSKI

                                   Dedicado a Pepe Montero, in memoriam... 

            Establecimiento de venta de nombre impronunciable, librería, sección de poesía. Repaso con la vista los lomos de los libros… por la B, de Benedetti, de Bécquer, de Bousoño, y me detengo:

            Charles Bukowski,

            “Escrutaba la locura, en busca de la palabra, el verso, la ruta”

            Traducción de Eduardo Iriarte

            Colección Visor de poesía.

Lo abro al azar, página 156.

A la altura del pulgar de mi mano izquierda leo un verso:

            “escrutaba la locura, en busca de la palabra, el verso

            la ruta,           

            a la espera de recibir un cheque de alguna parte 

           soñando  con la cara de un gran editor.

           “¡Chinaski, no sabes cuánto tiempo llevábamos esperándote!” 

                       (Del poema: “Ni Shakespeare ni Mikel Spillane”) 

Y cierro el libro.

¡No es posible! ¿Ha sido el azar, la casualidad la suerte, un milagro?

El milagro Bukowski

¿Sería capaz de repetirlo?

Lo intento otra vez, una vez más. Imposible.

Y, sin embargo, me gustaría creer en los milagros; creer y que alguien me creyese, o que creyese esta historia por ejemplo.

No pido ni siquiera que alguien me crea  a mí.

Pero, por favor, ¡que alguien crea en Bukowski!

 Mariano Ibeas

 

           

ALTERVITA

Molino Indiano         

  "Muele que muele el trapiche

y en su moler, y en su moler

hasta la vida del hombre

muele también         

           Ataualpa Yupanqui  

El viejo cauce tejido de juncos y espadañas

cela el río,

hay una sombra  larga de chopos cabeceros

 y un vacío:

Ya no canta

la vieja muela de caliza mal picada,

yace ociosa

acodada a la pared,

pende de la vigas vencidas del viejo cobertizo

sudario polvoriento en telarañas

y la puerta ya no cierra;

corre por la pared presurosa ya la hiedra,

tiempo ha que asaltó las tejas

que abrazó el sauce,

que cubrió de verde

el muro de la huerta...

no hay murmurar del agua

ni canto en las aceñas

se fue con las ultimas hojas

tras el soplo del cierzo;

ya no queda voz

ni eco en los cárcavos de piedra;

ya no muele el molino

ni canta en su rodar

la piedra.


 

 

Mariano Ibeas

 

ALTERVITA

DE LOS CUADERNOS DEL NORTE

"Volverán las oscuras golondrinas..." 

                 Gustavo Adolfo Bécquer 

Un chiar de golondrinas  me despierta

y un gallo cercano que amanece,

 abro la ventana y crece

afanosa la luz por conquistar la alcoba,

sobre el pentagrama móvil

de los hilos del teléfono

columpian blancas y negras

sus notas

la canción de despedida;

al fondo viajan en tropel

__ o en desbandada __

mis recuerdos…

contemplo como en un espejo

tras los barrotes herrumbrosos

del balcón

el niño que fui algún día.

Terminó el verano

y todo suena a despedida.

 

Mariano Ibeas

ALTERVITA

Desde lo alto

 

Desde lo alto

                del cerro

me alzo vertical

                y trazo

con la vista un círculo;

                 soy el centro

de mí mismo,

                 y cierro alrededor

en laberinto

el horizonte en sombras;

                   en fértiles minutos

me cerco en soledad

                    me abismo.

 

Mariano Ibeas 

 

ALTERVITA

 Antonio tiene frío

_ “Ya soy viejo

y el frío me entece” _

Es Agosto

y  toma el sol

una manta sobre las piernas,

sigue en el rincón

de la calleja

y mientras ve pasar la vida

lentamente.

No se queja,

el cuerpo nudoso resiste

bajo la corteza;

dice: ” Es el frío de la muerte” __

Un invierno más

y no lo cuenta, dice;

y sonríe ampliamente

tras su mellada dentadura.

 

Mariano Ibeas

DE LOS CUADERNOS DEL NORTE

VI

 

FISCH MARKET

 

Rojo, de rojo violento

los toldos, los salmones

gambas,

huevas de salmón,

de arenque, de lumpo...

todo es aséptico

y moderno, congelado,

ahumado,

envasado al vacío.

Todo para turistas.

Todo rojo, el resto vacío.

 

Ni siquiera las sombras

de los viejos marinos

pueblan las esquinas:

se fueron con las lluvias,

dejaron colgados

los restos del naufragio

en las tiendas  de anticuario;

se bebieron el sueldo

de las mareas de verano

en las últimas tabernas...

 

No regresan en paz

los huesos

bajo la hierba lujuriante

del cementerio...

pescado ahumado, congelado,

envasado al vacío...

no huele ni a a pescado

es carne, carne roja,

roja carnicería

de carne de ballena...

vacía, desierta la bahía.

 

Los sueños de los viejos marinos

no viajan ya

en alas de gaviotas,

se pudren en el fondo de los fiordos

bajo el aluvión temporal

de los turistas.

Bryggen/Bergen (Noruega)

 

Mariano Ibeas

 

DE LOS CUADERNOS DEL NORTE

 

V

KONG HAAKÓN 7

 

A los pies de la estatua del rey

Kong Haakon VII,

son las once y media

y no termina de ponerse el sol,

__ atardecer eterno

o ensayo de eternidad __

pero también mueren los reyes

vecinos del Círculo Polar...

Noruegos jóvenes,

marinos y turistas despistados

lanzan su adios al sol,

como si el tiempo

de pronto

se volviese eterno;

al abrigo de las dársenas

y los canales del viejo puerto,

sueñan las barcas;

asoman sus colores pastel

a las orillas

las casas de juguete de la liga

y un cierto sopor mediterráneo

lo inunda todo.

Todo en calma.

No hay ruidos, tan sólo los sonidos

pedregosos de la lengua

chocan contra las rocas...

El viejo fuerte de pizarras

lava al sol sus lajas de piedra,

el horizonte arde

en un resplandor de fragua

y no ceja el sol en su breve carrera;

las barcas escriben

pálidos renglones de espuma

en el cielo oscuro de las aguas,

la luz, la luz

en los cristales de todas las ventanas,

el aire en calma.

 

Mariano Ibeas

DE LOS CUADERNOS DEL NORTE

 

IV

BRYGGEN - BERGEN

 

Bergen es la novia del mar

__ al norte del Norte __

Bergen, cerrada en laberinto,

abierta a los deseos,

última etapa en la ruta

errante de Teseo,

__ al Norte, siempre al Norte __

en alas de la bruma,

en brazos de las lluvias,

el arado de las quillas

traza el surco profundo

de su ser septentrional.

 

Mariano Ibeas

DE LOS CUADERNOS DEL NORTE

III

TÍVOLI

Tívoli sonrie

con su cara amplia de payaso,

y sus labios refrotados de fresa y cal;

Tívoli es una isla

anclada en el corazón de la ciudad;

la ciudad duerme confiada,

mecida en el mar del tiempo 

congelado de  la infancia.

No pasa el tiempo.

Allí corren como siempre

los chiquillos

caballitos de cristal,

sombras chinescas de

los personajes del cuento:

__ Anderse soporta imperturbable

las fotos del turista __

títeres de cachiporra 

y juegos de agua y luz,

cientos de niños gritadores,

nubes de algodón en dulce,

sonrisa beatífica de los mayores

y casitas de caramelo y chocolate;

estalla un globo y levanta

en vuelo de violines

a los gorriones del parque;

el payaso se cubre con la capa de la noche

y su risa, la risa de payaso,

como el parque,

no se cierra jamás.

 

 Mariano Ibeas 

DE LOS CUADERNOS DEL NORTE

II COBENHAVN (o algo así)

 Copenhague:

bibicletas,

bicicletas por doquier:

todo huele a bicicleta en Dinamarca.

Copenhague se despierta

bajo la lluvia;

la lluvia enciende

las ruedas;

bajo el impermeable gris,

las piernas de las muchachas

pedalean

incansables,

pedalean

en el aire gris,

en la piedra gris de los adoquines,

en el agua gris de los canales:

no hay espacio para los sueños;

Copenhague es gris.

 

Mariano Ibeas

 

 

DE LOS CUADERNOS DEL NORTE

De los cuadernos del Norte

poco queda,

en realidad, sólo el recuerdo;

 

cuando vivir

es prioritario

no hay tiempo para más,

ni para otra cosa:

sólo respirar es necesario

para seguir viviendo;

sólo dormir

es necesario

para  seguir soñando:

 

la calma viva del despertar

de cada día

es un rótulo intachable:

"aquí se vive

y nada más"

el resto __ si hay tiempo

y se dice bellamente __,

puede ser

alguna vez,

la poesía.

 

Mariano Ibeas

Y CONTINUAMOS...

El vaso derramado

"Esa que se nos pierde como el vaso que ahora

resbala ente los dedos, sobrios, del bebedor"

Juan Carlos Suñén

 

El vaso que resbala

entre los dedos temblorosos

del bebedor

lleva todas las lágrimas

nunca derramadas en el tiempo de la angustia,

 

lleva el nudo del miedo

en el esparto del dogal,

lleva un hijo muerto,

y la sombra eterna de sospechas

y miradas furtivas al espejo,

 

el vaso que contiene todos los fríos del invierno

tintinea y sus cristales

reflejan la frente sudorosa

y unos ojos perdidos,  turbios,

que miran hacia dentro,

 

el vaso que resbala y cae al suelo

es una geografía extraña

en el desierto de baldosas

con mares y montañas

que se disuelven luego,

 

el hombre que flaquea y cae

junto al vaso,

por mucho que lo intenta,

no logra enterrar entre sus sombras

los últimos retazos de la tarde.

 

Mariano Ibeas

AHORA QUE LA MUERTE

Ahora que la muerte...

"que nos acompañen tranquilos,

felices, siempre - vivos,

nuestros muertos" (Gioconda Belli)

Ahora que la muerte

me acompaña

y tiembla a mi lado

su guadaña

aferrada fuertemente

a mis huesos,

abrazada como hiedra

al tronco viejo;

entre mis dedos leve

se desliza

con suma lentitud

el tiempo.

He querido a mi pesar

burlar su lazo

y engañarme también

en el intento:

no ceja de seguirme

y su abrazo

me espera a la vuelta

de la calle,

me ha tomado en la sombra

por el talle

y me invita a bailar

su ritmo eterno.

 

Mariano Ibeas

SURGIRÁ LA LUZ...

Surgirá la luz

            de tus cenizas

y del polvo

            el esplendor del fuego

de la piedra

            el filo del cuchillo;

y el dolor

            de no verte

en la distancia

             hará nacer el amor

como un renuevo.

 

FELIZ NAVIDAD

 

Mariano Ibeas

QUIERO VIVIR...

"Imagen desnuda, visible, enormemente turbadora de aquel caminar sin fin, que había reducido la madera más dura a una red impalpable de precarias galerías"  (George Pérec)

Quiero vivir

la gloria del gusano

que taladra la madera,

que navega en lo oscuro

de la entraña vegetal,

esculpiendo su propio panteón

desde dentro,

haciendo de alimentos su desecho,

xilófago tenaz,

termita intermitente;

no duerme satisfecho,

roe y roe incontinente

__ de la cuna a la sepultura __

cavando su ataúd,

excavando su propia  tumba

desde dentro...

viva vida en el temblor del lecho

__ dura y madura la madera __

no hay vuelta a trás

ni giro en recoveco

no suena en la distancia la voz,

el eco de los pasos quedos

teniendo el horizonte

a la medida de su cuerpo:

longuilíneo discurso,

deambular estrecho

en pos de la materia

insatisfecho;

delante, la madera

la nada por detrás,

polvo y serrín

__ el vacío inmenso,

horizontal y seco,

de la materia dura __

y sólo la voluntad

de diluirse en la nada,

en una digestión eterna

de sí mismo;

hundirse sin cesar

en el abismo de materia

__ madre, madera, materia __

lenta escritura de carcoma

en renglones estrechos,

y al final,

bien satisfechos,

en el sillón frailuno

ver perderse en el vacío de repente

el escrito, el escritor

y el escritorio juntamente.

 

Mariano Ibeas (releyendo a Quevedo)