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DESDELDESVAN

DE LUZ... DE SOL, DE MAR

DAME TU MANO...

DAME TU MANO...

DE LUZ 11

 

11

 

                                            

                                  

dame tu mano 

me posaré en ella

como un pájaro

y será leve

mi presión sobre tu cuerpo

treparé despacio por tu brazo

y anidaré

dondequiera que tu cuerpo

abrigue mis caricias

y allí estaré

                       un tiempo.

                                                         

 

 

                                           Mariano Ibeas 

La foto es de Teo Félix

TIEMBLA ENTRE LAS ZARZAS...

TIEMBLA ENTRE LAS ZARZAS...

DE LUZ 12

12

 

           El canto vertical del ruiseñor

                                (Clara Janés) 

 

tiembla entre las zarzas

el canto desgarrado

del verderón

y la luz del río

despierta las cigarras;

 

hay en el aire

un atardecer cautivo

un aura triste

de horizonte

vencidos ya los trigos;

 

rotas ya las lanzas,

los carrizos,

afiladas hoces

de vencejos chillones

en la torre;

 

sólo queda en la piel

un torpe

escalofrío:

no debiste dormirte

bajo los chopos del río.

 

 

                                Mariano Ibeas

 

La foto es de Teo Félix

TÚ Y YO HABREMOS MUERTO...

TÚ Y YO HABREMOS MUERTO...

DE LUZ...

13

 

           El día en que este juego sin fin con las palabras

           se termine,  

           habremos muerto.        

                                                                 Ángel Valente

 

 

                                   (Iª parte)

 

           Tú y yo habremos muerto

los dos

en un intento

fallido

por seguir viviendo

y no quedará casi nada

de nosotros

que nada somos

como el aire que roza

como el agua que pasa

como el fuego que consume

que deja

frío, humedad, cenizas,

y desnuda

limpiamente los huesos...

 

nada quedará

ni siquiera los ecos de las voces

los rastros de la tinta

en el papel

esponjado con la lluvia,

las huellas en la arena

tras las rocas

en el ir y venir

de los días y las olas...

 

sólo es una broma

o tal vez un juego

del dios titiritero

que nos encierra en la maleta

de los sueños

y olvidó la llave

en la última posada,

o se la jugó a los dados...

 

                                

                               Mariano Ibeas

 

La foto es de Teo Félix

EMPIEZA LA FUNCIÓN...

EMPIEZA LA FUNCIÓN...

DE LUZ 13

13

 

El día en que este juego sin fin con las palabras

 se termine,                      

habremos muerto.        

                                            Ángel Valente

 

 

            (IIª parte)

 

empieza la función

y nos cegamos

a la luz del escenario:

ser rey, o dama, o juez

o siervo,

parecer, ser  o estar

sintiéndonos vivir

brillando un tiempo

en las gotas del rocío...

 

pendientes de los hilos

pendiendo del azar

del diálogo y la voz

del contador del cuento;

y luego en un momento

la oscuridad,

el fin del tiempo,

y no hay nueva función

nada más

            se acabó

                        ¡ lo siento!

                                                                      

                                       Mariano Ibeas

 

La foto es de Teo Félix

ESCONDED LAS PALABRAS...

ESCONDED LAS PALABRAS...

DE LUZ 14

14

 

 

Esconded las palabras

en los huecos de los árboles,

tal vez algún día fructifiquen

_ si el tiempo no lo impide _

 

en los surcos de la tierra

sembrad generosas la palabras

que las cubra el hielo

y la nieve,

que se las lleve el viento,

que las holle el labrador

con su reja solitaria...

 

en las aguas del río

lavad presto las palabras,

reposarán un tiempo

en las arenas, en las arcillas

emergerán más tarde

entre los juncos de la orilla

claras y transparentes

prendidas como rayos de sol,

como  telas de araña

en trampas acechantes...

 

tendedlas al sol

que brillen en la tarde,

que sientan la brisa

colmandas  de caricias;

secadlas al viento

recogedlas tal vez,

como en una cesta,

en un poema

tendido en las orillas

                        fundido entre dos sueños.     

 

                                                Mariano  Ibeas

                               

La foto es de Teo Félix

QUIERO RECOBRAR EL HILO...

QUIERO RECOBRAR EL HILO...

DE LUZ

15

 

quiero recobrar

el hilo,

el hilo de la aguja,

que pasa bajo el puente;

quiero salir del laberinto

recorriendo lentamente

las líneas de tu mano

_ ahí encuentro mi futuro

                       en tu pasado _

unas me llevan

           en volandas a la vida,

otras en andas

           de la muerte...

 

y hay una línea de sombras

que me advierte

que sólo es posible

huir hacia dentro,

siempre hacia dentro,

al centro de mí mismo...

 

quiero pilotar

la nave de tu mano

recobrando la línea del mar

           y la del cielo

allí donde se junta

           en horizonte

mi yo crepuscular.                   

 

 

                       Mariano Ibeas

CON VIEJAS PALABRAS...

CON VIEJAS PALABRAS...

DE LUZ 16

 

 

con viejas palabras,

ladrillos de deshecho,

construyo nuevos muros

que me aíslan del tiempo

con los cantos rodados,

pulidos por el agua del invierno,

arenas y arcillas

cemento en la memoria

los  versos apacibles

y luego en el silencio

los contemplo:

los leo y los releo...

y si el agua que pasa

ya no vuelve,

tampoco puedo leer sin lágrimas

otra vez

el mismo verso

                                              

 

 

                                        Mariano Ibeas

LUEGO BUSCARÉ...

LUEGO BUSCARÉ...

DE LUZ 17

17

 

 

luego buscaré

las puertas de tu casa

y los postigos abiertos

que me abrazan

como brazos sedientos,

me cobijaré dentro

y no cerraremos nunca

el desván de los deseos.

 

 

                         Mariano Ibeas


RECORRO CON MIS DEDOS TORPES

RECORRO CON MIS DEDOS TORPES

DE LUZ 18

18

 

 

( I )

 

recorro con mis dedos torpes

el mapa irregular de tus deseos

y son mis ojos la piel,

mis dedos la serpiente,

reptan acechantes

_ acompañan el calor

y el color de otra piel_

 

mis dedos – balbuceos

desconocen el lenguaje

y la clave – sésamo

que abre los senderos,

las puertas, las ventanas,

las cuevas escondidas

los puertos

de partida y de arribada

los rincones de sombra

y de reposo

la paz de la ensenada

las playas de tu cuerpo...

 

mis torpes dedos ciegos

apenas silabean

el críptico lenguaje

que emerge de los sueños:

 

 

                           Mariano   Ibeas

DIÁLOGOS DE LA PIEL...

DIÁLOGOS DE LA PIEL...

DE LUZ 18 (II)

                (II)

 

diálogos de la piel,

teatro de sombras,

volúmenes, cóncavos escenarios

aristas, cumbres y vaguadas

profundos pliegues,

surcos entre surcos

surcados por la vida

 

recorro los capítulos

uno tras otros

de la aprendida historia

tan nueva y tan antigua

_ buena para olvidar _

que emerge del polvo de los siglos

y cuento las escenas

ya vividas

las vidas superpuestas

que forman la hojarasca

profunda de la tierra...

 

¿otros leyeron antes

           el libro de tu piel?

¿y cómo lo entendieron?

 

¿buscaron también entre tus hojas

           las últimas respuestas?

 

¿ siguen recordando tu piel

en la yema de sus dedos?

 

¡¡ qué torpes mis dedos

           entre las líneas de  tu piel !

 

 

 

                                Mariano Ibeas

LO PROFUNDO ES LA PIEL...

LO PROFUNDO ES LA PIEL...

DE LUZ 19

            19

 

El tiempo es como el mar.

Nos va gastando hasta que somos transparentes.              

                                          Ángel Valente

 

Lo profundo es la piel

 

lo más profundo es la piel

y surge desde dentro

crece imparable hacia fuera

y de derrama

con la generosidad del viento...

 

surge de la piedra

y del tuétano del hueso

y sus arenas

lo devoran todo

el ser, al eternidad, el tiempo...

 

con la generosidad del fuego

nos quema

desde dentro

nos hace volcán,

                       marea,

                                   torbellino,

                                   cierzo

y tormentas de polvo

arenas y cenizas

fundidas en la nada

                       extendidas en la piel

                                               de nuevo.

                                                                     

 

                        Mariano Ibeas

EL POETA GASTA MUCHO PAPEL...

EL POETA GASTA MUCHO PAPEL...

DE LUZ 20 ( I )

20

 

 

¿Venderé mis palabras hoy que carezco de

utilidad, de ingresos, hoy que nadie me fía?

                                   Claudio Rodríguez

 

 

              (I)

 

                        el poeta gasta mucho papel,

                        demasiado espacio

                        en blanco,

                        demasiado fluir

                        de la materia gris

                        para tan parcos

                        resultados...

 

                        ¿fue útil tal vez

                        alguna vez

                        a la república?

 

                        ¿remedió la escasez

                        o convocó a las nubes

                        en tiempos de sequía?

 

                        su canto al sol

                        ¿les fue propicio

                        a las últimas cosechas?

                       

                        ¿ o sus tristes quejas

                        _ Salicio juntamente y Nemoroso _

                        abrieron peñas,

trazaron los senderos?

 

¿ y, si convocó a la mar

o al viento,

 

las tormentas y

el barco frágil

arribó a su puerto

sano y salvo?

 

 

                   Mariano  Ibeas

 

LIBRARON DEL FUEGO...

LIBRARON DEL FUEGO...

DE LUZ 20 (II)

                 (II)

 

¿libraron del fuego

y las cenizas

a tanto caballero,

libraron damas

o rosas

de los estragos del tiempo?

 

¿pudo por fin,

el poeta,

apartar de su camino

o alejar un tanto así

los pasos de la muerte?

 

se quedó en blanco

no encuentra respuestas

y las últimas preguntas

se repiten como un eco

y sigue buscando...

 

a veces sólo le queda,

como último recurso,

            un espacio de papel

                                   en blanco.

                                                          

 

                    Mariano  Ibeas

EL POETA NO SABE, NO CONTESTA...

EL POETA NO SABE, NO CONTESTA...

DE LUZ 20 ( III )

                 (III)

 

                        (Segunda versión)

 

 

el poeta

no sabe, no contesta,

no tiene recetas:

ni para el amor

                        remedio de enamorados

ni para la muerte

                        consuelo de los vivos

ni para el dolor

                        lenitivos

ni para el tiempo que pasa

                        palabras inmortales

 

no resultó perito en lunas,

experto en amaneceres,

técnico en colores del ocaso,

contador de nubes o de rayos,

escrutador de lluvias

                                   o de sombras,

práctico en sentimientos

cobrador de emociones

remediador de soledades...

 

 

                        Mariano  Ibeas

 

PUDO POR FIN EL POETA...

PUDO POR FIN EL POETA...

            (IV)

 

 

¿pudo por fin,

el poeta,

apartar de su camino

o alejar un tanto así

los pasos de la muerte?

 

se quedó en blanco

no encuentra respuestas

y las últimas preguntas

se repiten como un eco

y sigue buscando

en los rastros de tinta

en el papel

en el torpe vuelo de los dedos al teclado

_ la nueva bola de cristal _

las últimas respuestas...

 

y a veces sólo le queda

como último recurso

            un espacio de papel

                                   en blanco.

                                                          

 

 

 Mariano Ibeas

 

La foto es de Teresa Salvador.

CORRO Y LA VIDA ME PERSIGUE...

CORRO Y LA VIDA ME PERSIGUE...

DE LUZ

21

 

"No imites la ceguera del río que no conoce pausa".

                                  Clara Janés

 

                                  

corro y la vida me persigue

¿ o es tal vez la muerte?

no puedo desatarme:

como en sueños

caigo vertiginoso

en lo hondo sin final

del tiempo,

en un túnel de luz

__ yo envuelto en sombras__

 

para cerrar de golpe

la puerta de los miedos

medito al despertar:

no ser,

no vivir,

no haber sido...

 

y encierro en un puño

mis deseos:

 

ser sólo un árbol

           al borde del camino,

vigilar las sombras

atrapando la luz

a ramas llenas,

beber ávido

en las raíces

el agua de nieve

generosa del invierno,

 

acumular paciente

bajo la piel de la corteza

la crónica veloz

de las sequías,

las heridas del rayo,

los desgarros del viento,

 

y ofertar  exuberante

tal vez

algunas flores o frutos,

o semillas,

la leña del hogar...

 

poder soñar alguna vez

al borde del camino...

 

en palabras de Rubén:

 

          “dichoso el árbol que es apenas sensitivo

y más la piedra estéril

porque ésta ya no siente..."

 

  

                     Mariano Ibeas

 

 

COMPAÑERO DEL ALMA...

COMPAÑERO DEL ALMA...

DE LUZ  22

 

a Manuel Carrión, in praesentia

 

El primer surco de hoy, será mi cuerpo

                                Claudio Rodríguez

 

                

 

                                  

 compañero del alma,

 compañero

 que me acompañas

 desde siempre,

            _ desde el comienzo,

            antes de nacerme, creo _

mi cáscara, mi voz, mi máscara

mi “prosopon”, mi entraña

mi cárcel en que me encierro,

fiel, siempre fiel,

hasta la muerte... espero.

 

desde lo vivo vivido,

próximo, extraño, expósito:

un traje a la medida

urdido sin cesar

en lenta y afanosa espera

de Penélope,

ajustado al día a día

mi perro fiel, mi fiel porquero

que me reconoce a mi llegada

en el mar de Ítaca...

 

me he hecho a su calor,

su olor, su tacto

su pesadez cansada,

su porte vertical

su duda ante el espejo,

y su dolor a veces,

me lleva y me trae

cuantas veces solicito,

le llamo a la tarea

y se me queda dormido

y sueña con crecer despacio

o de despierta sin mí

lejos de mí, enajenado...

 

noto que me tira la piel,

que encogen las costuras

que se retuerce con temor

que responde con odio

y se me niega:

sufre y siente,

goza y disfruta

y no me da tregua ni respiro,

mi otro yo

compañero, mi sombra viva,

vivo entero,

alter ego, mi cuerpo

                                   compañero.          

 

                             Mariano Ibeas

HE SALIDO PARA LABRAR...

HE SALIDO PARA LABRAR...

De LUZ

23 

           

    he salido para labrar

    el campo yermo,

    he esperado con paciencia

    las lluvias

    _ hay tempero_

    el primer surco de hoy,

    la besana,

   será recta y limpia,

                         lo prometo

 y mantendré firme

la mano en la mancera;

el arado abre la herida,

seminal del primer surco,

enciende la promesa

perdida en los baldíos

en tierras de pan llevar

ahítos de sequía

que mueren y esperan,

espera la semilla

la bendición del agua

y nace envuelta en esperanza

de espiga cereal

de canto y caudal

de agua en las aceñas

de harina candeal

pura y mohina

muñida con amor

cocida,

hecha pan

pura promesa:

            “el primer surco de hoy

                                   será tu cuerpo”


 

 

                         Mariano  Ibeas

GRITA EL VENCEJO...

GRITA EL VENCEJO...

DE LUZ

24

 

 

                       

grita el vencejo

mientras traza

en torno de la torre

su tela sutil cual las arañas

que atraparán mis sueños

 

tiembla en el aire

el último perfume

que no borrará las sombras

ni el perfil de los cerezos

 

cruza el umbral

de lacre derretido

del horizonte el sol:

un homenaje  a la luz

que deposita en polvo

tras los visillos

los últimos

suspiros de la tarde.

 

 

               Mariano Ibeas

TERRITORIO TU PIEL...

TERRITORIO TU PIEL...

DELUZ

 

25 

                                          

                                              

 

                       Territorio tu piel:

mi geografía física

y  humana

tu ausencia se dibuja

en oquedades:

el sillón, la almohada, el libro abierto

los zapatos...

desciende en humedades los valles

las colinas

el agua de la ducha, el albornoz,

el secador,

asciende el vaho enredado en los

cabellos, colonia, acondicionador,

desodorante,

profundidad del perfume fresco y suave

el álgido trepar por los senderos

hasta el suave atardecer de la ensenada

gira la llave,

el eco de tus pasos

tan solo te alejan para volver,

y puedo dibujarte

lentamente en el blanco en la pared

recuerdo,

y es casi un sueño,

el torpe explorar de las caricias:

me queda estremecido

un temblor en la yema de los dedos

y un calor encerrado en el eco de tus pasos

al fondo, en el pasillo

adivino tu silueta y una sombra en el espejo;

haz que te sienta cerca

quiero regresar a tu cintura,

a los pétalos abiertos de tus brazos,

a tus labios mojados y tibios

por el tiempo y la fruta de los besos,

al hueco protector de mis deseos,

al pausado desgranar

de los silencios,

a las palabras quedas,

al fluir eterno

de tus ríos

a la luz de tu piel

_ la vida al fin,

al fin la vida _

al alba de tu luz

                       estremecida.            

                                                          

                                  

                                               Mariano Ibeas