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DESDELDESVAN

TREINTA Y OCHO GLOSAS

LE LLAMABAN LOCO...

LE LLAMABAN LOCO...

                XIX

 

Nuestro pueblo toma el color de la luna 

 

       Lo recuerdo: en mi infancia

       nuestro pueblo toma el color de la luna.

       Al despertar,

       se echaba una silla a las espaldas

              para que el sol pudiera sentarse.

                       

Le llamaban loco

porque cada día sacaba

a la puerta de su casa para sentarse al sol

dos sillas: una para él

y otra para el sol,

y esperaba, hasta que las sombras de la tarde

alargaban las figuras

y terminaban borrando las sombras;

nunca confesó a nadie que lo que buscaba era

otra sombra amiga;

como un viejo Orfeo recorría el mundo oscuro,

descendía a los infiernos:

invisible a los ojos de los hombres

soplaba con furia

de vez en cuando en su vieja armónica

algunos juraban haberle visto

vagar por el bosque

embebido en los claros de luna

y bailar y bailar

como un loco, un derviche,

hasta caer exhausto;

tras el delirio

resucitaba de nuevo,

a la puerta de su casa

cada día

 

              Mariano Ibeas

YO RETENÍA EL SOL...

YO RETENÍA EL SOL...

XVIII

 

Yo retenía al sol por el tobillo

 

       Yo retenía al sol por el tobillo

       cuando salía de su noche: 

              fue el momento más bello de mi infancia. 

 

             (*Adonis, "Polen", sobre textos de María Zambrano

               ...y una cita de Luis Cernuda)

 

Yo conocía el cielo

y el paraíso de la infancia,

y en mi país de sueños

habitaba el sol todos los días

y los caminos no tenían vuelta;

yo me iba lejos, cada vez más lejos

y no quería regresar

hasta que llegó el miedo

a romper las ataduras de mi infancia

__ “y supe que la vida iba en serio”__*

que era un viaje lento en el espacio

y un recorrido corto en el tiempo

que todo terminaba,

que las cosas tenían tan sólo un principio

y luego un fin

y la vida que iba a dar en la muerte

recogía presto su cosecha.

No tenía razón vivir los instantes

que pasasen uno a uno sin remedio

con su tributo de cadáveres,

y la vida se resolvió en un canto de pan

pánico y miedo de ya no regresar.

           Mariano Ibeas

RECUERDA QUE EL OTOÑO...

RECUERDA QUE EL OTOÑO...

XVII

 

 Recuerda que el otoño                                 

 

          Recuerda que el otoño

             no puede llegar hasta ti 

             antes de haber vivido las vacaciones

                                             del verano.

            (Adonis, "Polen" * y sobre textos de María Zambrano) 

 

El hombre duerme,

ha colocado en el suelo su manta en el otoño,

ahíto de fruto y de semillas

y espera

no quiere despertar

en la embriaguez de la luz y el aire

tiene su cosecha a buen recaudo

ya no se desvela y se afana en la tarea.

Vuelve de nuevo a la sombra y al reparo

_ las trojes llenas, rebosantes los lagares__

vuelve a las sombras

mira a la pared de nuevo,

ha cesado perezosamente sus alertas

retira las vigías,

no hay peligro y se siente a salvo de enemigos

y contempla los fantasmas

sombras nuevas que danzan

al ritmo de las llamas de la hoguera

inventa las palabras:

da la palabra a las sombras

que traen el delirio

                     pero no la paz.


           Mariano Ibeas

RETOMARÉ EL SILENCIO...

RETOMARÉ EL SILENCIO...

XVI

 

 la elegía de las cosas

 

                    Dedicado a la Tertulia del "Van Gogh"

         Hacemos con la lengua la elegía de las cosas.

             ¿Con qué se hace la elegía de la lengua?

 

           (Adonis, "Polen" * y sobre textos de María Zambrano)

 

 

Retomaré el silencio

y surgirá de lo hondo la palabra

el fruto de las sombras

irracional y primitivo

de la raíz en grito,

de la angustia,

del miedo y de la muerte surgirá la luz…

desde el fondo de la cueva

de los ínferos

de la embriaguez

del trance y la posesión

de las ménades, bacantes y pitias

poseídas  y habitadas

surge la palabra al servicio de las cosas

es grito, rugido, estertor

esfuerzo incoherente por dominar el aire

por aportar algo de sosiego a los pulmones

por ordenar el ritmo binario

y pendular del corazón

por habitar el cuerpo y su máquina de  músculos

por poseer la mente y su fábrica

de sensaciones y emociones

y la elegía de la lengua que no consigue dominar

el tiempo.

                  Mariano Ibeas

NOMBRO LA NADA...

NOMBRO LA NADA...

XV

 

Nombro la nada

 

         Nombro la nada y recompenso a la vida.

               Así la poesía le habla al poder del tiempo.

                (Adonis,"Polen" * y sobre textos de María Zambrano)

 

 

Nombro la nada y lleno ese vacío

vuelvo  a recordar el mito en la caverna

engaño y soledad

adormecido pensamiento

sombra de sombra en la pared;

dentro el miedo

fuera la luz y el estallido de la vida

¿dónde está la verdad?

¿dónde apariencias?

¿dónde la unidad que me sustenta

y que mantiene en pie mis tristes huesos asustados

que se resolverán en tierra?

Busco y no encuentro la respuesta.

No hay una verdad:

todas son excluyentes,

todas buscan el poder, el dominio,

se adueñan de todo lo demás

y pretenden sellarlo a sangre y fuego.

No hay una razón:

todo es sinrazón, vacío, nada.

            Mariano  Ibeas

COMO UNA MARIPOSA...

COMO UNA MARIPOSA...

                    XIV

 

Llegó una mariposa a casa de la luz

 

         Llegó una mariposa a casa de la luz.

        Tendida contra el fuego, entre sus dientes,

                   quiso aquello que la consume. ¡Cuántos

                   crímenes tuyos, luz, que no querrías!

 

                 (* y sobre textos de María Zambrano)

 

Como una mariposa de luz

una falena

en su crisálida yace amortajada

en la suave quietud de la caverna

devoró su propio cuerpo

lo transformó en alas misteriosas

en velas de quitina replegadas

cambió lo claro por lo turbio

lo pesado por lo etéreo

lo denso por la levedad del aire

  

la crisálida deshizo su capullo

desplegó las alas

respiró en el laberinto de perfumes nuevos

se emborrachó de luz

devoró su capullo

su envoltura

y se elevó en el aire

la levedad nacida de la inmolación y el crimen

se resolvió en mariposa

con el hambre de la existencia y la sed de vivir

efímera

para resolver el enigma de su vida:

un solo día para vivir

un solo día para morir de nuevo.

                 Mariano Ibeas

¿QUÉ FUE DE LA ROSA...?

¿QUÉ FUE DE LA ROSA...?

                 XIII 

 

¿Qué le pasa a esa rosa?

 

                 A María Otal, que leyó la historia de la flor en "El Principito"

             ¿Qué le pasa a esa rosa?

             Comenzó a marchitarse

             apenas fue tomada por el sol.

                       ¿Será la amante de la noche?

 

__ ¿Qué fue de la rosa?

¿Dónde queda su perfume?

Y si se marchitó, la rosa

Y si se agostó el jardín

¿Dónde encontrar ahora su perfume

                               y su fragancia?

__ En  el agua de rosas.

 

             Mariano Ibeas

TOMA EL CÁLAMO EN TU MANO

TOMA EL CÁLAMO EN TU MANO

                XII

 

La historia se asienta en la cabeza

 

                                      Dedicado a Rosa Blanca Gallego

 

          La historia se asienta en la cabeza de los hombres

          y hace descender su verdad

                                  por peldaños de sangre.

                        

 

Toma el  cálamo en tu mano

escribe sobre la tabla de mi pecho

la historia sin final de los misterios

que la suerte te sea propicia

que los vientos empujen tu nave a puerto

que alcances el final

que en el último recodo del sendero

te espere la paz en el reposo

que encuentres en los brazos de la amada

el colmo de deseos

los que atesoraste en tu camino

en tiempos de zozobra,

los que no te han de arrebatar

ni la pasión, ni el tiempo

y entonces,

en la paz de tus deseos,

esperarás el fin.

 

              Mariano Ibeas

DONDEQUIERA QUE VAYA

DONDEQUIERA QUE VAYA

             XI

 

Mujer, dondequiera que vaya

 

          Mujer, dondequiera que vaya,

                    corre la noche detrás de ella.

                                   (Adonis, "Polen")

  

 Vuelve la noche presurosa

a despertar mis sombras

y encadena en un lazo inextricable

los últimos recuerdos

y me acosa con las sombras de la tarde

no hay fuego en el hogar

y las cenizas las dispersó el viento

No queda ni rastro de tu olor en mis cabellos

y el hueco de la almohada hace tiempo se borró

se borraron también otros contornos

bajo el manto pesado de la niebla

vinieron en tropel otros recuerdos

con la furia de las últimas tormentas

y se resolvieron en barro, en fuego

en rastro de cenizas

¿qué queda de lo antiguo ya?

 

               Mariano Ibeas

(Foto : "ababoles")

ESTA LUZ QUE ALUMBRA...

ESTA LUZ QUE ALUMBRA...

        X

 

Esta luz que me alumbra sin cesar

               Esta luz que me alumbra sin cesar

                        es siempre niña.

                    (Sobre una cita de Adonis,"Polen"

             * y sobre textos de María Zambrano)

 

Alumbra mi desnudez y mi ternura

como un pájaro en el nido

que solo sueña

resolverse en el aire

bajar de pronto a rozar con sus alas la tierra

y tomar impulso hasta coronar el árbol

y perderse…

perderse en la tierra sin ser tierra

perderse en el aire sin ser aire

perderse en el agua sin ser mar

tomar toda substancia y toda forma

y cantar

como si la tierra le hubiese despojado de su peso

como si el aire soplase en los pulmones

como cierzo o vendaval

como si el agua lo llevase  de repente

a soltarse las amarras

tomar el largo y ya no regresar.

 

              Mariano Ibeas

ESCUCHA EL ROCE DEL VIENTO...

ESCUCHA EL ROCE DEL VIENTO...

 

 

                   IX

 

Los árboles disfrutan escuchando el espacio

 

             Los árboles disfrutan escuchando el espacio.

             Así pega la oreja el árbol

             contra el pecho del viento.

(*Adonis, "Polen"... y sobre textos de María Zambrano)

 

Escucha el roce del viento

la vida suspendida en un momento

enredada la vista en la hoja o en el agua

el tiempo mesurado

todos los sentidos aplazados;

has de cerrar los ojos

buscando en tu interior

la visión más verdadera:

el viento que no se apaga

la hoja que no marchita

el agua que sacia eternamente

la sed de mar que te consume por dentro

pues sólo tu deseo se consuela

“con su presencia y su figura”

                     


                 Mariano Ibeas  

CONFÚNDEME EN UN ABRAZO...

CONFÚNDEME EN UN ABRAZO...

 

VIII

 

 

Confúndeme en un abrazo

 

                               Abre tus brazos,

                                me gusta ver cómo entre ellos tiembla

                               mi memoria.

                                           (Adonis "Polen")

 

Confúndeme en un abrazo

déjame deshacerme en los deseos

dormidos a mi pesar tan lejos

deja que me extienda en la memoria

de tus besos

en el hueco que dejó el éxtasis de la mirada

la violencia del deseo

el desgarramiento tras de la separación

y el desvalimiento.

 

 

                         Mariano Ibeas

 

 

NO ROMPE LA SOLEDAD...

NO ROMPE LA SOLEDAD...

VII 

 

           ¡Qué marítima en ella la pereza!

           Baja de la calesa de las olas

           y se entrega a la arena.

                           (Adonis "Polen")

 No rompe la soledad

 

No rompe la soledad

el ruido amargo de las olas

no arranca de raíz

los contornos del pensamiento

ni se aquieta la mirada en el horizonte en llamas

no quisiste despertar

hiciste un refugio en el manantial de sombras

y al abrigo de lo oscuro

construías tu reparo

en el nido de sus brazos buscabas la seguridad del útero

y la calidez del latido de la sangre

antes del tiempo, antes que los días echasen a rodar

y despertasen en ti los calendarios

temías despertar

volviste a tus adentros y querías cerrar la puerta

clausurar todas las ventanas

capturar el humo del hogar

matar el rumor del aire

y sin embargo,

vuelven a tus sienes como las olas

como el golpeteo insistente del mar en las orillas

vuelven con su manantial de sombras

con su martillo en el yunque de tu sangre

no podrás ser sordo ni ciego:

nadie huye nunca de sí mismo

porque a la vuelta de la esquina

se encuentra consigo mismo

cara a cara.

 

                                Mariano  Ibeas

ROMPO LA SOLEDAD...

ROMPO LA SOLEDAD...

 

 

VI

 

Su tiempo en ella es un espejo

 

              Su tiempo en ella es un espejo y sólo

              lo habitan los perfiles de sus sueños.

 

 

Rompo la soledad en los espejos

y en el agua de la fuente establezco

un punto mi morada

es leve el trazo y temblorosa la figura

el aura de mi cuerpo queda

y yo me voy

con un leve gesto de suave despedida

no quiero que me sorprenda ni lo hondo

ni lo oscuro

no quiero a mis costados

el espacio multiforme del agua

no quiero su tacto

ni el olor de los nenúfares

ni el contacto viscoso de las algas

ni el sabor de la tierra entre mis manos

no quiero navegar en el horizonte de los sueños

quiero volar

volar sin trabas

quiero recuperar el perfil del vuelo

y la levedad de  la nube

y el diván del aire

 

 

              Mariano Ibeas      

 

(La foto es de Mariano Ibeas, "En mi barrio")

EL TIEMPO , SU OTRA MORADA

EL TIEMPO , SU OTRA MORADA

 

V(II)

 

En el tiempo, su otra morada,

                               el polvo se pasea con pies de viento,

                               con pies de polvo el viento.

                                                         (Adonis, "Polen")

 

Vuelve de su paseo diurno el sol

 

Vuelve de su paseo diurno el sol

con pies de plomo

y el ala dormida en la mirada

vela en el sopor del mediodía

con los contornos imprecisos del sueño

el velo entornado

cela la luz que se derrama presurosa

en el torrente de la tarde

arde en llamas el rosal

el viento arde

y la tierra de cal se calcina en sombras grises

vuelve al reparo del bosque y las encinas

el vuelo augural del cuervo

y un grito se derrama sobre el dorso paciente  en la colina

no deberías prestar tu manta

a las sombras de la noche,

levántate y anda

 

 

                Mariano Ibeas

 

EL AMOR, SU PRIMERA MORADA...

EL AMOR, SU PRIMERA MORADA...

 

V

 

El amor, su primera morada

 

                               En el amor, su primera morada,

                               el tiempo se pasea con un cuerpo de rosa,

                               con un cuerpo de luz las rosas.

                                                 (Adonis, "Polen")

                       

V (I)

 

El amor, primera estancia,

crece desde dentro como pupa

en alas del deseo

y no teme despertar en mariposa

bebe a manos llenas el rocío en la mañana

y las gotas de lluvia de la tarde

pasea por las tardes en el tronco espinoso del rosal

y en la fronda escabrosa de las moras maduras

lo visitan presurosos los insectos

abanican su corola las abejas,

los gordos abejorros liban su miel

con un bordoneo sordo y murmurante

da de su pan y de su paz al peregrino

que se tiende a su vera

no cela las estrellas en la noche

ni frena la caricia del aire

estima como bendiciones la visita de la lluvia

 

el tiempo se pasea entretanto

con su cuerpo de rosa

con el bello color de sus adentros

con la suave fragancia que celan las espinas

con la semilla de muerte que lo devora por dentro

 

                     Mariano Ibeas

LA LUZ NO TIENE ROSTRO...

LA LUZ NO TIENE  ROSTRO...

                     IV

 

 La luz, que tiene rostro

                                       

 

                    La luz, que tiene rostro,

                        no tiene entrañas.

                    Lo oscuro tiene entrañas

                        pero no rostro.

 

                                  (Adonis, "Polen"     

 

La luz que me asombra

dibuja en mi horizonte

las últimas banderas

de la tarde

 

es  un fantasma escurridizo

en el manantial de sombras

fluye y se difunde por el valle

y no teme el despertar...

la luz que rompe en mis pupilas

y taladra la soledad del huerto

en las ultimas horas de la tarde

se parte horizontal en el sendero

y recoge el estertor de las hojas de los chopos

hay un clamor de pájaros en el alero

 

pero no hay rostro

lo oscuro alberga en sus entrañas

el huevo de la muerte

y no habrá tiempo de espera

ni fiebre de vida

ni amor ni calentura

 

el sol no espera

surge entre los paréntesis de niebla

y llega al cenit y lo traspasa

vuelve a  la muerte del nadir

y apuntamos un día más en nuestra cuenta

 

 

   

 

 

                 Mariano Ibeas         

EL SUEÑO ME RECONCILIA...

EL SUEÑO ME RECONCILIA...

 

                               III

                                             (A Ewa Jaworska)

 

                El sueño abre su puerta a los amantes,

                               que le prometen ir

                                       y nunca llegan.

                                                 (Adonis, "POLEN"

El sueño me reconcilia con la muerte

 

                        I

El sueño me reconcilia con la muerte

y me abre de par en par

todas las puertas

rompe sin cesar el límite del tiempo

y del espacio

puedo volar sin miedo

y alcanzo sin esfuerzo

los abismos oceánicos

soy una gaviota

y un pájaro marinero

rompo el límite del prado

y es una alfombra el aire

más allá de los  últimos arbustos

en la frontera que cerca las rompientes

tengo a mis pies la espuma

y el ruido contra la roca

del agua golpeada,

mezclo en la arena la sal

y los guijarros

y fabrico una playa, un refugio solitario,

un lecho para el sueño de las barcas          

 

 

                   Mariano Ibeas

DESTILA LA NOCHE SU TINTA ...

DESTILA  LA  NOCHE SU TINTA ...

                    II

 

                     Mi vida, aquí y ahora,

                     escala de peldaños que reposan

                                    sobre la masa de la muerte. 

 

Destila la noche su tinta indeleble

            (Dedicado a "Tres de Tres"  en la presentación de su libro.)

 

Destila la noche su tinta indeleble

y abriga en su cueva el manantial de sombras

ni hay nada ni nadie que me cerque

sólo yo reducido a nimbos de ceniza

me encierro en lecho sepulcral

en nicho de angustia

en alfaguara de temores

enrosco mi cuota de soledad

cual feto recogido

en torno de sí mismo

y dejo que pase ante mí el tiempo

de la herida,

hasta ahora y hasta aquí

mi vida sigue y calla

mi vida, sí, aquí y ahora

es un fragmento de niebla

y una luz de amanecida

reposa en el fondo del fondo del abismo

un légamo sutil, un caldo primigenio

que cuece en soledades

su germen preterido

de donde surgirá la vida o su remedo

o tan solo los fantasmas cuando el eco

de las voces no llega desde lejos y la piel

de las caricias se secó en silencio

vino el triste despertar de madrugada y la necesidad

imperiosa de seguir durmiendo

en la paz triste y segura del olvido

en la herida abierta que no cerraron

ni las lluvias

ni el invierno

 

             Mariano Ibeas

ANTES DE QUE DESPIERTE...

ANTES DE QUE DESPIERTE...

 

 

                                         I

            Antes de que despierte el sol de hoy

            la violeta de nuestra casa

            partió con su valija

                      y tomó luego el tren del aire 

                                                  (Adonis, "Polen")

 Antes de que despierte

 

Antes de que despierte

en la blanda solicitud del sueño

antes de que el sol

        se acerque al horizonte

antes de que la luz

desde su noche de muerte

        surja en la herida del cielo

tengo que conjurar la suerte esquiva

antes que mi vida

juegue su suerte a los dados

tengo que cerrar en los candados

        de mi propia tumba

mi sombra enfebrecida

tengo que tomar el norte

del vuelo circular de los halcones

debo retomar mis decisiones

__ la huella en cruz en la ceniza

encierra las brasas de los últimos tizones __

vuela sin cesar el buitre en su círculo de tiza

y acecha mi carroña

no asoma por el lado del camino

ningún ser vivo

hay polvo revuelto en tolvaneras

y una siembra de terrones

la lluvia se tornó en piedra

y no hay surcos que tracen sus renglones

antes de que el verano venza sus colores

vestiré el uniforme de exilado,

tomaré en silencio mi maleta

y en la raíz del aire

trazaré por fin un signo

de suave despedida.

 

 

               Mariano Ibeas