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DE RANAS Y RANILLAS...

DE RANAS Y RANILLAS...

CRÓNICA DE LA RANA... 7

Ayer se abrió a la curiosidad de los zaragozanos, el nuevo Parque del Agua, un enorme espacio rescatado de la antigua huerta del Meandro de Ranillas, un proyecto de los arquitectos Alday (zaragozano) y Jover  y la paisajista Christine Dalnoky (franceses)  para el disfrute y solaz de los paseantes… y para las bicicletas…

            Por supuesto, está sin terminar, el proyecto de arquitectura y diseño de jardines ha planificado diferentes espacios, desde lo más próximo a la ciudad, los espacios más civilizados: zonas recreativas : el “canal de aguas bravas”, “las playas”,  el “mini campo de golf”, un centro termal, un pabellón de celebraciones, un centro ecuestre, hoteles o el recorrido de aventura entre castilletes y torres de madera, puentes de cuerda y “tirolinas”, hasta la naturaleza más o menos virgen de los sotos en las riberas del Ebro,  un espacio enorme para disfrutar…

            Las ranas hemos proliferado en las charcas, fruto de las filtraciones del río o de las recientes inundaciones… las aves se han multiplicado y han vivido en paz estos dos últimos años, las especies vegetales se han diversificado…

            Hablemos del pasado en el recuerdo: un espacio agrícola que producía las mejores alcachofas, coles o acelgas de la huerta, con las acequias y los cajeros cubiertos de cañas, “paravientos” excelentes contra el cierzo, carasoles en invierno, los árboles que deparaban sombra en el verano… de ello queda apenas el recuerdo, un viejo árbol dañado en la base del tronco, algunos cipreses supervivientes cerca del puente del Milenio  y los álamos, chopos y tamarices de la orilla… y para de contar.

            Un enorme y frondoso laurel en medio de un campo donde se refugiaban los pájaros también ha desaparecido…

            Hablemos del presente; una enorme rueda de noria, nacida del proyecto de Camoisson y de la sabiduría de los artesanos sirios, lanza el chirrido del frotar de sus maderas, no eleva el agua, la acequia no tiene la fuerza o la profundidad suficiente para hacerlo, pero es un monumento digno de admiración.  

las acequias de ayer hoy son canales, los antiguos caminos tortuosos hoy líneas rectas, los antiguos campos, hoy estanques, depósitos de filtración y reciclaje natural, viverosde plantas de especies ornamentales nuevas, extrañas al recinto, un nuevo parque jardín botánico…todo muy técnico y muy moderno, que necesitará todavía de muchos cuidados y delicado mantenimiento…

Nos han ayudado las lluvias, porque como decía alguien. “en otras partes, plantas un palo y al año siguiente ya tienes un árbol, aquí, en esta sucursal del desierto, "plantas un árbol, y al año siguiente… ya tienes un palo"… y también nos tendrán que ayudar los ciudadanos de Zaragoza.

Porque el futuro es nuestro y de nosotros depende el gozarlo, el disfrutarlo y mantenerlo vivo, más aún si cabe que otros espacios donde prima el ladrillo o el cemento… Aquí, más que en otros casos, se debe hacer realidad el lema de la EXPO.

“Agua y desarrollo sostenible”

Y que no sea sólo un lema, que dure el tiempo de la EXPO.

La rana, por si acaso, empezará refugiándose en las charcas del soto, y luego, poco a poco, si el lugar es propicio, saltará a los otros charcos  y canales, no en vano el criterio de calidad y salud ambiental lo determinan los de mi familia, los batracios… ¡vaya nombre, por cierto, para una familia tan alegre y tan simpática!

En fin,  ¡hala pues!, ¡a disfrutarlo!

 

“Crónica de la rana”

 

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