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ALFAGUARA

ALFAGUARA

II

               ALFAGUARA

 

Yo, limpia fuente,

Manantial y nacedero

Alfaguara, hontanar, venero,

nacer y renacer

Un punto, vagido y grito

Solo de soledad sonora a veces

Golpeando las paredes

Rasgando los silencios,

De nada te sirve arañar los muros

Escuchar despacio el rumor de tus pasos,

La lluvia en las ventanas

El rumor del viento

Todo te lleva a ti

Golpe a golpe, al golpe de la sangre

Agolpada en los conductos bajo la piel

Escultura de hielo

Bocado al corazón y freno a los deseos

Claustro, enclaustrado

Por límite el sol y el cielo

Por suelo las arenas

Y por cielo el firmamento

Cuando llegue la noche

Ni siquiera esto

Llamarás al sueño

Y no querrá venir a verte

 Mariano Ibeas

          09/04/2020

HUIS CLOS

HUIS CLOS

                     I

          HUIS CLOS

 

Huis clos,

Campo cerrado

Hortus conclusus

Encierro, entierro, encerrado y enterrado

En la torpe geografía

De mí mismo

Clausura

Númerus clausus, nadie más, ninguno, solo

Yo, limpia fuente, nacer y renacer

Un punto, vagido y grito

Solo de soledad sonora a veces

Golpeando las paredes

Rasgando los silencios,

Golpe a golpe, al golpe de la sangre

Agolpada en los conductos bajo la piel

Escultura de hielo

Bocado al corazón y freno a los deseos

Claustro, enclaustrado

Por límite el sol y el cielo

 

Mariano Ibeas

HABLO CON LOS MUERTOS...

HABLO CON LOS MUERTOS...

Hablo con los muertos

1.-  Hablo con los muertos

          Hablo con los muertos

          mis muertos

          los que ya no tienen voz

          ni voz ni voto

          ni voz ni aliento

          pero ahí están

          presentes

          en mis sueños

          __ “presentes sucesiones de difuntos”,

          que diría Don Francisco

          de Quevedo__

          presentes en mis noches,

          en mi encierro:

          son ecos

          sombras

          vacío en el vacío

          silencios

          silencio en los silencios

          y gritos

          sin voz

          perdidos en el tiempo

          sin voz

          sin tiempo

 

Mariano Ibeas                      09/06/2020

JOAN MARGARIT

JOAN MARGARIT

NOCES D’OR

Dona que enamores
amb una passió de cabells blancs el temps
i que mantens la teva pulcritud
freda de blau d’hivern.
L’amor és ara aquesta intel·ligència
d’una mirada eròtica i amable
que ja no necessita mentir més.

Del pati a nord que acaba sent la vida,

n’has fet aquest jardí.
Íntima Venus meva,
silenciosa sensualitat
de la força que té el nostre record.
Només el sexe escalfa.
Hi ha llàgrimes que són les més ben protegides.
Llops i voltors les guarden.

 

CLAUDIO RODRÍGUEZ

CLAUDIO RODRÍGUEZ

CLAUDIO RODRÍGUEZ

Con media azumbre de vino

Nunca serenos! ¡ Siempre 
con vino encima! ¿Quién va a aguarlo ahora 
que estamos en el pueblo y lo bebemos 
en paz? Y, sin especies, 
no en el sabor la fuerza, media azumbre 
de vino peleón, doncel o albillo, 
tinto de Toro. Cuánto necesita 
mi juventud; mi corazón, qué poco. 
Meted hoy en los ojos el aliento 
del mundo, el resplandor del día! Cuándo 
por una sola vez y aquí, enfilando 
cielo y tierra, estaremos ciegos. Tardes, 
mañanas, noches, todo, árboles, senderos, 
cegadme! El sol no importa, las lejanas 
estrellas...¡Quiero ver, oh, quiero veros! 
Y corre el vino y cuánta, 
entre pecho y espalda cuánta madre 
de amistad fiel nos riega y nos desbroza. 
Voy recordando aquellos días. ¡Todos, 
pisad todos la sola uva del mundo: 
el corazón del hombre! ¡Con su sangre 
marcad las puertas! Ved; ya los sentidos 
son una luz hacia lo verdadero. 
Tan de repente ha sido. 
Cuánta esperanza, cuánta cuba hermosa 
sin fondo, con olor a tierra, a humo. 
Hoy he querido celebrar aquello 
mientras las nubes van hacia la puesta. 
Y antes de que las lluvias del otoño 
caigan, oíd: vendimiad todo lo vuestro, 
contad conmigo. Ebrios de sequía, 
sea la claridad zaguán del alma. 
¿Dónde quedaron mis borracherías? 
Ante esta media azumbre, gracias, gracias 
una vez más y adiós, adiós por siempre. 
No volverá el amigo fiel de entonces.


FÉLIX GRANDE

FÉLIX GRANDE

FÉLIX GRANDE

Cobrizo espiritual (Homenaje a Manolo Caracol)

Es la calamidad lo que este hombre examina;
es el desastre subrepticio, la astucia del dolor
lo que desenmascara sobre su corazón espeso
este gitano de enebro con sangrías de lamento y saber.

Su voz, esa pirámide de entrañas y fragmentos cortantes,
ese rumor de petróleo subterráneo y desesperados lobeznos,
su voz mitad oráculo, mitad desconcierto de huérfano,
su voz de candeal abrasado por cuya ladera pululan
cristales minerales y prehistóricas advertencias,
su voz de tabaco ordeñado con avidez,
resquebrajada, precariamente unida con sogas de esparto,
su voz maravillosa, amenazada de inutilidad,
su voz sin educación, veteada de caídas, su voz impresionante.
Ah, sí, con esa voz informa sobre la hostil desgracia
que brotó en las cavernas: ¿no oís el horror
de los hombres desnudos bramando sobre el mundo vacío?
¿escucháis las parejas salvajes que ante la miseria y la muerte
copulaban buscando, aterradas, el rostro de siglos venideros?
En la voz de este hombre de nuestros días hierve
la sorda herencia de fatiga y furia, desolación y voluntad,
injusticia y quejido y hombría que, como un megaterio,
avanza de una edad en otra, avanza.

Pues ¿qué es el cante? ¿qué es una siguiriya?
¿no es algo roto cuyos pedazos aúllan
y riegan de sangre oscura el tabique de la reunión?
¿no es la electricidad del amor y del miedo?
¿no es la brasa que anda por entre el vello de los brazos
sobresaltando a la miseria y al ultraje que nos desgastan?
¿no es el cante una borrachera de impotencia y coraje,
una paz sísmica, un alimento horrible?

Y este hombre de la áspera garganta,
genialmente amarrado a la tenacidad y sus siglos,
escucha con bravura un instante la guitarra fantástica,
la guitarra feroz que chorrea pesadumbre y presidio,
que segrega lujuria de vivir, y él la escucha
y abre luego la boca para arrancarse de ella
pozos de amores horrorosos, madres muertas, infamias,
sexos, cadáveres, borbotones de comprensión y desafío,
y nos entrega en un cante un fardo de atonal destino
y una pena sin fin transitada por harapos y puños
y escarmientos y ojos, muchos ojos abiertos, ojos, ojos,
hasta infectarlo todo del fuerte olor del corazón que mira.

VICTORIANO CRÉMER

VICTORIANO CRÉMER

Hoy se cumplen 10 años de la muerte, en León, del poeta burgalés Victoriano Crémer.


Victoriano Crémer

EL AMOR Y LA SANGRE

.
El amor sube por la sangre. Quema
la ortiga del recuerdo y reconquista
el ancho campo abierto, la ceniza
fundadora, que la brasa sostiene.
El amor es herencia de la sangre,
como el odio, su amante, y se mantienen
íntimos, besándose, nutriéndose
de sus dobles sustancias transmitidas.
Nada podrá arrancarles de su abrazo:
La espada, el hielo, el tiempo, con sus filos
mezclarán sangres, que, lluviosamente,
germinarán odios, amor o nuevas sangres.
¿Cómo decir:
-"Aquéllos, que nunca conocieron
la sangre derramada, que separen
el odio del amor y reconstruyan
las viejas catedrales de la dicha…".
¿"Aquéllos"?, ¿son acaso otros que los murientes
trasvasados, hechos de sangre antigua?
No es posible lavarse el alma ni las manos
cuando fluye hacia ellas sangre y olor a sangre.
Si ha de hacerse el amor, será con sangre
trepadora, quemante, conocida,
pura sangre del odio, amante impávido
que el amor fecundiza.
Si ha de hacerse la paz…
-¡Callad, campanas!,
¡Ved la tierra, la tierra, que resume
su tempero sangriento y le convierte
en paz, en paz, a puñetazos puros…!

ANTONIO CABRERA

ANTONIO CABRERA

Hoy se nos ha ido el poeta gaditano Antonio Cabrera.


Antonio Cabrera
In memoriam...

LA ESTACIÓN PERPETUA
El invierno se fue. ¿Qué habré perdido? 
¿Qué desapareció, con él, de mi conciencia?

(Esta preocupación -seguramente absurda- 
por conocer aquello que nos huye, 
me obliga a convertir el aire frío 
en pensado cristal sobre mi piel pensada, 
y a convertir la gloria entristecida 
de los húmedos días invernales 
en la imposible luz que su concepto irradia; 
esta preocupación, en fin, tiene la culpa 
-y qué confuso y dulce me parece- 
de que duerman en mí los árboles dormidos).

El invierno se fue, pero nada se lleva. 
Me queda siempre la estación perpetua: 
mi mente repetida y sola.

HACE TRECE AÑOS YA...

HACE TRECE AÑOS YA...

Declaración I

A partir de ahora,

señoras y señores,

dejaré de desnudarme:

ante ustedes...

¡un muñeco, un figurante!

No seré extraño ni extranjero,

seré un semejante,

y ustedes serán cómplices,

hipócritas conmigo.

Haremos como si

sin llamarnos a engaño,

porque ustedes y yo

sabemos

que sigue la tramoya

de la antigua farsa,

el trampantojo,

la trampa y el cartón...

no nos llamamos a engaño.

El poeta ya no se deja

la piel en los papeles,

el poeta está desdoblado

de sí mismo,

maneja los hilos

en las sombras

se disfraza

de payaso

o saltimbanqui,

o, mejor dicho,

ni se esconde ya siquiera;

se deja ver

y deja en el aire

la traza, el cañamazo...

la urdimbre

y la hilaza están presentes

en sus sedas;

tan sólo, alguna vez,

el poeta ejecuta sus

saltos mortales

en vivo y en directo,

pero no le va la vida en ello.

El poeta

es también

mortal de necesidad

declarado...

y no arriesga nada,

no se arriesga,

no pone nada en juego,

juega con ustedes...

el poeta payaso

¡que salga!

¡que empiece!

 

Mariano Ibeas

(Hace trece años ya que se publicó este blog por primera vez  y, aunque sea a trancas y barrancas, sigue...)

MUJERES DEL MERCADO

MUJERES DEL MERCADO

 

“Mujeres del mercado",
.
de Ángela Figuera Aymerich (Bilbao 1902-1994)
.
Son de cal y salmuera. Viejas ya desde siempre.
Armadura oxidada con relleno de escombros.
Tienen duros los ojos como fría cellisca.
Los cabellos marchitos como hierba pisada.
Y un vinagre maligno les recorre las venas.

Van temprano a la compra. Huronean los puestos.
Casi escarban. Eligen los tomates chafados.
Las naranjas mohosas. Maceradas verduras
que ya huelen a estiércol. Compran sangre cocida
en cilindros oscuros como quesos de lodo
y esos bofes que muestran, sonrosados y túmidos,
una obscena apariencia.

Al pagar, un suspiro les separa los labios
explorando morosas en el vientre mugriento
de un enorme y raído monedero sin asas
con un miedo feroz a topar de improviso
en su fondo la última cochambrosa moneda.

Siempre llevan un hijo todo greñas y mocos,
que les cuelga y arrastra de la falda pringosa
chupeteando una monda de manzana o de plátano.
Lo manejan a gritos, a empellones. Se alejan
maltratando el esparto de la sucia alpargata.

Van a un patio con moscas. Con chiquillos y perros.
Con vecinas que riñen. A un fogón pestilente.
A un barreño de ropa por lavar. A un marido
con olor a aguardiente y a sudor y a colilla.

Que mastica en silencio. Que blasfema y escupe.
Que tal vez por la noche, en la fétida alcoba,
sin caricias ni halagos, con brutal impaciencia
de animal instintivo, les castigue la entraña
con el peso agobiante de otro mísero fruto.
Otro largo cansancio.

 

LA ETERNIDAD ERA ESTO V

LA ETERNIDAD ERA ESTO V

V

La eternidad era esto:

Una figura de papiroflexia

enfrente del lecho, en la pared,

junto a la tele muda.

Alguien, un paciente tal vez

o un visitante habilidoso

con los secretos del origami

arrancó una página de la revista semanal

e inventó un personaje,

monje, sacerdote o mago,

__quien lo inventó lo sabe__,

que recrea su sombra misteriosa en la pared:

ropa talar, claroscura,

destilando el silencio,

contenido y grave

temblando en el papel…

__ solo quien lo dobló lo sabe__.

 

Mariano Ibeas, Febrero de 2007

LA ETERNIDAD ERA ESTO IV

LA ETERNIDAD ERA ESTO IV

LA ETERNIDAD ERA ESTO

IV

 

La eternidad era esto:

Un grumo de sangre

y otros cuerpos,

una bolita ,

un glóbulo sanguinolento,

un trombo__dicen__

que se pasea libre

por las cañerías de mi cuerpo:

__del coro al caño,

Y del caño al coro__

veamos dónde le lleva

el torrente sangrIento,

el arroyo fugaz, la torrentera.

Una bolita misteriosa y ágil

que puede quedar atrapada

bajo los puentes… y el juego continúa:

el pim ball, flipper, petaco o milloncete

no cesa mientras quede un soplo de moneda;

choca y rebota  la bolita

y el marcador

va marcando puntos…

¡ Tilt….!: Falta y se acabó el juego…

 

Mariano Ibeas, Febrero 2017

LA ETERNIDAD ERA ESTO III

LA ETERNIDAD ERA ESTO III

III

La eternidad era esto:

Una brizna de luz que entra por la ventana

como un sablazo en el aire,

como una dentellada

como un rico anuncio heráldico

del amanecer mas gongorino

que soñar se pueda

una luz enredadera de los sueños imposibles

en el vasto horizonte de las sábanas

una eternidad era

el lento amanecer despacio

línea a línea en el desierto de la sábana

y un día más envuelto en el papel

de regalo del apósito

 

MARIANO IBEAS, Febrero 2017

LA ETERNIDAD ERA ESTO II

LA ETERNIDAD ERA ESTO  II

II

La eternidad era esto:

Un gorgoteo de peces cautivos

en torno al cristal de la pecera

y un lento respirar de oxígeno

una bocanada de pez en el agua

un renacuajo, una salamandra,

un tritón de aguas cristalinas y primigenias

cautivo en tierra

un respirar cautivo

y ronco de caverna

un goteo, un lento destilar de la roca dura

con la luz atenta de amanecer

desierta…

 

 

Mariano Ibeas,  febrero 2017

LA ETERNIDAD ERA ESTO I

LA ETERNIDAD ERA ESTO I

La eternidad era esto:

un gotero destilando suavemente

una solución salina

con morosa parsimonia

__ gota a gota agotando los segundos,

los minutos, las horas…__

agotando los sueños…

Una solución, una salida,

gota a gota,

una solución salina de  bicarbonato sódico

y otras hierbas…

amorosamente / morosamente

parsimonia desleída en blanda melodía

de silencios.

 

Mariano Ibeas,  febrero 2017

HAIKUS / KAIKUS

HAIKUS /  KAIKUS

HAIKUS /  KAIKUS

Como el cuenco

                        de tus manos

que recibe la semilla,

como el fruto

de tus pétalos

que enciende el fuego

            de la tierra

el aire avanza

y se derrama el agua

en las orillas

tus manos

            que abrazan la tierra

como el cuenco

escondido en el tronco

            de la haya…

 

   Mariano Ibeas                                            14/03/2016

DONDE HABITE EL OLVIDO

DONDE HABITE EL OLVIDO

POEMA DEL DÍA
Luis Cernuda

Donde habite el olvido...

Donde habite el olvido, 
En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje 
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, 
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible, 
No esconda como acero 
En mi pecho su ala, 
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 
Sometiendo a otra vida su vida, 
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres, 
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; 
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, 
Disuelto en niebla, ausencia, 
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos; 
Donde habite el olvido.

MI FRAGILIDAD

MI FRAGILIDAD

MI FRAGILIDAD


                        “En mi pie izquierdo

                        posas tu fragilidad,

                        hormiga sola.

                                               (Ángela Serna, “Solitudine”)

 

Mi fragilidad

reposa en equilibrio

sobre una brizna de paja.

 

                        ***

Me siento

a la vera del camino

a contemplar

el esfuerzo de Sísifo

de una hormiga.

 

                        ***

Siento el placer

de respirar

una y otra vez

la borrachera del oxígeno

que fluye lentamente

por mi piel.

                                               16/02/2016

Mariano Ibeas

NEGRA SOMBRA

NEGRA SOMBRA

NEGRA SOMBRA

            (A la memoria de Rosalía de Castro)

(Sombra)

            Sólo el amor puede salvarte

            de esa “negra sombra” que te visita

            cada atardecer.

                        (Ángela Serna, “Solitudine”)

 

Negra sombra

                        que me asombra

y me persigue

más allá

                        de los cañaverales,

negra sombra, Rosalía,

sólo el amanecer

la borra

y sólo la muerte

la diluye…

sólo en sombras

se destruye

el amor de cada día.

                                           16/02/2016

Mariano Ibeas

Alifafes

Alifafes

Alifafes


Estas notas

debían de tener por título:

“Alifafes”.

Por primera vez

__ médicos mediante

y el ojo avizor de la familia__

he decidido escuchar

mi cuerpo

que me acompaña

como un perro

desde siempre…

He vivido a su sombra

solo de luz  mis ojos

asombrados

y siempre al despertar

se me rebela / revela

( con “v” o con “b”,

lo tengo que decidir cuando

lo lea)…

Y es por la mañana,

cuando apenas abro

pesadamente los ojos

mi cuerpo se revela ( con “v”)

más despierto y charlatán;

crujen como cuadernas secas

mis huesos en el casco

y en las sentinas

se revuelven en fragor de marejada

las piedras del lastre

las entrañas,

cargamento desatado

difícil de estibar

y un rumor como de toneles

que ruedan en el sollado

de proa a popa…

Inicio el desembarco

Por la borda de estribor,

El pie al suelo.

Toco fondo esta vez:

Una primera contracción

muscular

y un tirón en el gemelo

__ tensión de cabos

y jarcias  sin arriar__

¡izado…! Uno , dos,

Marejada mi cabeza,

no todavía no.

Mis vértebras se aprestan

como una cremallera:

cervicales, dorsales, lumbares,

Todo en orden…

__ el grumete aparece bajando

de la cofia,

nada que avizorar__

El espacio se compone como siempre:

familiar y conocido,

un paso en falso

y ahí es donde más me duele

al entrar en la ducha

he visto un pequeño rastro de sangre

en una uña.

Esto no estaba en el programa:

Tomo nota.

 

Mariano Ibeas                        16 / 11 / 2015