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DESDELDESVAN

EL ZORZAL CHARLO

SER RÍO... VII

SER RÍO... VII

"El Ebro y el Pilar se integran en un mismo universo simbólico. Es Pilar no es solo lo que está mientras el Ebro pasa. El Pilar es lo que está sobre las aguas y contra las aguas. Los ribereños han temido siempre las avenidas del Ebro, que pueden cambiar su curso y llevarse las tierras, las mejores tierras, a las que han defendido siempre como han podido..."

"A la vora del riu, mare

m’hai dixat les espartenyes;

mare, no lo hi digues al pare

que jo ja aniré per elles"

             (Popular del Matarranya"


                    José Bada Panillo, "Prácticas simbólicas y vida cotidiana"

SER RÍO... VI

SER RÍO...  VI

Imagen: El EBRO a su paso por Zaragoza,"pasarela del Voluntariado", Enero de 2013

Texto e imágenes : Mariano Ibeas, 2013

"Como el zorzal charlo que llega al final del invierno, el río recoge el ímpetu de la lluvia y la nieve derretida, recorre el valle y promete primaveras...

Tras la inundación el agua que inunda los campos y el limo que se queda en las riberas fecunda la tierra o destruye las cosechas;  y más allá, la tierra seca y sedienta que ve pasar el agua y los hombres... el agua, la tierra y la piedra, ésta sí que no pasa, solo queda"

SER RÍO ...V

SER RÍO ...V

  V

Ser río, es tomar una piedra esculpida por el río, remontar la corriente a pie hasta descubrir el origen de la piedra en la montaña, extraer otro bloque de piedra de la montaña y reproducir la piedra del río a partir del nuevo bloque. Producir una piedra a partir de una piedra, es producir una escultura perfecta, una escultura devuelta a la naturaleza, es una herencia cósmica, un gesto de creación pura. El carácter natural de la buena escultura le confiere un valor cósmico.

Hacer auténtica escultura sobre piedra, es ser río."

 

Imagen: El EBRO a su paso por Zaragoza y EL "Galacho de Juslibol" desde los cortados, Enero de 2013

Texto: Giuseppe Penone, 1981

"Como el zorzal charlo que llega al final del invierno, el río recoge el ímpetu de la lluvia y la nieve derretida, recorre el valle y promete primaveras..."

SER RÍO... IV

SER RÍO... IV

  IV

El río muestra la materia y la forma destinadas a perdurar, conduciendo la piedra a su estado inerte. En un río, cada fragmento que produce, ya sea minúsculo o enorme, tiende hacia la misma calidad y responde a la misma aspiración de contenido y de forma: lo absoluto.

La piedra, que anteriormente constituía una parte viva de la montaña, es transformada en substancia y en estructura, elemento disociado y convertido en elemento inerte, suspendido en el tiempo, esperando su perfección.

El trabajo del río es capaz de acelerar el paso del tiempo por la piedra, permitiéndole conseguir más rápidamente su estado inerte.

No existe ninguna manera de concebir o de trabajar la piedra que no sea la del río. El puntero, el cincel, la gradina, la piedra abrasiva, el papel de esmeril, todos estos elementos son los del río.

 

Imagen: El EBRO a su paso por Zaragoza, Enero de 2013

Texto: Giuseppe Penone, 1981

"Como el zorzal charlo que llega al final del invierno, el río recoge el ímpetu de la lluvia y la nieve derretida, recorre el valle y promete primaveras..."

SER RÍO... III

SER RÍO... III

III

Un río transporta, desplaza montañas. Los golpes, la abrasión y las transformaciones violentas que el río hace sufrir a las piedras grandes mediante el choque de objetos más pequeños, la infiltración de sus aguas en las más pequeñas fisuras e intersticios, llevándose trozos de piedra y bocetando progresivamente formas por el martilleo regular de partículas ínfimas y más gruesas, el paso de torbellinos de arena, los golpes bruscos, la silenciosa destrucción y la lenta fricción de fuertes presiones. El río tiende a hacer resurgir la esencia, la calidad más pura y mejor disimulada, la individualidad profunda de cada fragmente de piedra, una forma preexistente propia de cada piedra, su esencia.

 

Imagen: El EBRO a su paso por Zaragoza, Enero de 2013

Texto: Giuseppe Penone, 1981

"Como el zorzal charlo que llega al final del invierno, el río recoge el ímpetu de la lluvia y la nieve derretida, recorre el valle y promete primaveras..."

SER RÍO... II

SER RÍO... II

  II

"Un río está dotado de una agilidad asombrosa; su corriente es ininterrumpida, concienzuda, táctil, eterna. De su masa líquida se dice que fluye, que corre, que se desliza, pero no es verdad más que en lo que se refiere a lo que se ve, porque la tierra que el río recorre es ruda, seca, angulosa, dura, sinuosa; el río draga, se choca y despelleja la superficie.

El choque de las masas fluidas, el efecto abrasivo regular de la arena en suspensión, el movimiento continuo de las aguas sobre el fondo del río producen el imperceptible deslizamiento de piedras gruesas, el lento desplazamiento de cantos rodados, la deriva más rápida de pedruscos y la huída acelerada de la arena fina, como un río en el lecho de un río."

 

Imagen: El EBRO a su paso por Zaragoza, Enero de 2013

Texto: Giuseppe Penone, 1981

"Como el zorzal charlo que llega al final del invierno, el río recoge el ímpetu de la lluvia y la nieve derretida, recorre el valle y promete primaveras..."

SER RÍO... I

SER RÍO... I

Giuseppe Penone

Ser río, 1981

                                        I

"El líquido y el sólido que se mezclan en los remansos de las aguas de un río componiendo una imagen de doble perfección producen la escultura.

La naturaleza de una corriente de agua, de un río, es tal que no puede ser disociada del lecho que le condiciona y le imprime un gran número de propiedades, y a su vez está condicionado y modelado por desbordamientos repentinos, periodos de calma total y continuidad de la corriente de ese río.

Los dientes limpios, duros y pulidos del manantial del río de su parte alta ceden su lugar a los rompientes violentes de los labios líquidos que abrazan vorazmente la masa de las orillas en la confusa y sorda acción demoledora de su curso medio, su vientre, para llegar a ser acompañante ondulante de corrientes perezosas, sosegadas, en su curso inferior, intestinos del río, donde las piedras son más dulces, más redondeadas y más pulidas hasta que finalmente, las aguas transcurren sobre la gravilla, la arena y en los ricos aluviones de su desembocadura.

Imagen: El EBRO a su paso por Zaragoza, Enero de 2013

Texto: Giuseppe Penone, 1981