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DESDELDESVAN

DE LUZ

DE  LUZ

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sólo la soledad

del que se va

iguala

la soledad del que se queda;

no parte el tren,

parte el corazón;

se siente desgarrar despacio

los pliegues de la carne

y no chirrían

las ruedas sobre el hierro;

sobre las lágrimas caídas

funde el polvo

el latido atronador del eco

 

                    Mariano Ibeas

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