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DESDELDESVAN

ÁNIMO, SIGUE LEYENDO...

“Venga, sigue leyendo…”

“Venga, sigue leyendo,

que ya queda menos.”

La frase de ánimo me la encuentro escrita a lápiz, al pie de la página 175, Segunda Parte, Cap.VII de la novela “Crimen y castigo” de F.M. Dostoievski, Editorial Anaya, colección “Tus libros”.

El ejemplar de la Biblioteca “Benjamín Jarnés” está muy usado, incluso ya han sustituido la hojita del “control de préstamo” donde figuran las fechas de 17 de febrero y 12 de marzo de 2012. Tengo que devolverlo antes de esa última fecha y me quedan aproximadamente 100 páginas de lectura por día.

Algún lector aplicado y compasivo __¿el mismo de la nota?__  ha hecho una lista de los personajes  y sus relaciones que figura doblado con cuidado y guardado bajo la solapa del forro de plástico transparente. Una ayuda oportuna.

Efectivamente, debo darme prisa.

La biblioteca está cerrada por obras y posiblemente no me renueven el préstamo.

Casi había olvidado completamente la peripecia del relato aunque recordaba con toda nitidez lo esencial: la tentación, la caída, el castigo y el arrepentimiento, “el crimen y el castigo” en suma del “héroe” Raskolnikov, leído en los  lejanos años de mi adolescencia.

He vuelto a la relectura con interés y sin embargo, ciertos pasajes me resultan realmente pesados, demasiadas vueltas, demasiados pasadizos sin salida, como si hubiese olvidado las características de la literatura decimonónica en general y de la rusa en particular.

La carta de Puljeria, por ejemplo, me parece especialmente densa, mucho más allá de los pretendidos dos pliegos de escritura, sin embargo, el libro engancha y sigo leyendo con interés.

¿Cómo debería leerse un libro?

Tengo para mí que con la misma urgencia o lentitud, con la fuerza o las debilidades, con las dudas, los borradores, los folios rotos o arrugados tirados a la papelera, con la fiebre o la calma creativa con que la escribió el autor… Pero, ¿cómo saberlo?

Por eso se agradecen tanto las palabras de ánimo del lector que te lleva la delantera.

Así que, agradecido y animado por esas palabras, continúo la lectura, ahora incluso con una doble intriga, por el desenlace de la historia, que casi se adivina, pero sobre todo por saber si mi amable y aplicado  lector que me antecede  ha ido sembrando, como piedrecillas, más hitos a lo largo del camino. Yo  voy de su mano.

   “Venga, sigue leyendo,  que ya queda menos.”

        

Mariano Ibeas

1 comentario

LaPi -

maravillosa historia