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DESDELDESVAN

LE LLAMABAN LOCO...

LE LLAMABAN LOCO...

                XIX

 

Nuestro pueblo toma el color de la luna 

 

       Lo recuerdo: en mi infancia

       nuestro pueblo toma el color de la luna.

       Al despertar,

       se echaba una silla a las espaldas

              para que el sol pudiera sentarse.

                       

Le llamaban loco

porque cada día sacaba

a la puerta de su casa para sentarse al sol

dos sillas: una para él

y otra para el sol,

y esperaba, hasta que las sombras de la tarde

alargaban las figuras

y terminaban borrando las sombras;

nunca confesó a nadie que lo que buscaba era

otra sombra amiga;

como un viejo Orfeo recorría el mundo oscuro,

descendía a los infiernos:

invisible a los ojos de los hombres

soplaba con furia

de vez en cuando en su vieja armónica

algunos juraban haberle visto

vagar por el bosque

embebido en los claros de luna

y bailar y bailar

como un loco, un derviche,

hasta caer exhausto;

tras el delirio

resucitaba de nuevo,

a la puerta de su casa

cada día

 

              Mariano Ibeas

1 comentario

Olga B. -

Cuántas supuestas locuras curaría una sombra amiga. Mientras tanto, algunos locos siguen buscando y resucitando.
Un fuerte abrazo.