Blogia
DESDELDESVAN

DOY FE

DOY FE

                Una amiga me dice que últimamente mis poemas parecen "de notario". Por lo visto en los poemas doy fe de la realidad que me rodea, a veces sin implicarme demasiado;  otras  veces echa en falta determinadas emociones, sentimientos, una cierta sentimentalidad romántica; encuentra que a menudo no le llegan, que le parecen demasiado conceptuales, no termina de entenderme, encuentra mis versos duros, cerebrales... en fin, todo eso.

                 Yo no quiero llevarle la contraria; es posible que tenga razón y tengo que aceptar sus críticas; le digo también que todo poema, cualquier poema, está en realidad inconcluso, que tiene que terminarlo el lector; el lector se convierte así en re-creador del poema y, por mucho que el autor haya querido decir algo, en realidad, lo que llega, es la interpretación, la lectura del lector.

                  No sé si se ha ido convencida, pero yo sigo dando vueltas a sus palabras y no me parece mal el papel de "notario", de "fedatario público", cronista o escribano, de alguien que da fe de lo que ocurre a su alrededor, de alguien que no es indiferente, sino que lo ve de modo diferente. 

"Confieso que he vivido" es el título de las memorias de Neruda y también, de entre todas las definiciones de la poesía que recuerdo, me interesan las palabras de María Zambrano que dice:

" Una forma de la palabra es una forma de vida, y de la vida humana lo decisivo es el tiempo. Y de ahí la irresistible nostalgia que obliga a crear en cierto modo el tiempo perdido, la unidad de tiempo en que la existencia encuentre su plena actualidad." (María Zambrano, "algunos lugares de la poesía" Ed Trotta)

Escribo para no morir en el intento

 

Gime la palabra

con dolores de parto

y la esperanza aprisionada

no rompe sus barrotes:

el hueco y el vacío acechan

como abismo

como boca

siempre prestos a devorar,

a enterrar al hombre

en la inanidad

en la no existencia

                     ... en lo oscuro de la nada.


                      Mariano Ibeas

         

 

4 comentarios

Beatus -

Tú en Barna, con Sorolla, el pintor del blanco, a quien mejor he visto "hacer hablar" el blanco...Recuerdo unas horas de intimidad con esa exposición en Valencia. Y cuando volví me fui a ver si mis ojos eran capaces de percibir esa luz que él captó en Lucentum y ahora,en unos días, me voy a ver paisajes de Huelva y me acercaré hasta Ayamonte,otro de los cuadros que me impresionó, para hacer lo mismo e imbuirme de esa luz.
Disfrutad por esa ciudad que me configura.
Un abrazo.

Mariano Ibeas -

Gracias, Beatus, estoy en Barcelona; he visto la exposición de los enorrrrmes cuadros de Sorolla de la Hispanic Society, y también otras obras de pintura en el Caixa Forum... en fin que me acuerdo de vosotros; Gracias también por tus palabras , Dorita... tengo que hacer caso de los críticos, pero no tanto de los amigos que son demasiado indulgentes conmigo, pero me gusta que les gusten mis poemas.
Un abrazo
Mariano Ibeas

Dorita Puig -

Si bien, creo que es normal escuchar las críticas y darle vueltas al asunto para que nos ayude a mejorar, esto de asociar tus poemas a un notario, me ha llamado mucho la atención y pensé si no será una manera excéntrica de decir que son excelentes y que más de una vez me dejan una luz que se revuelca en el alma, al menos esa ha sido la sensación que me ha provocado tus poemas.
También con un poco de picardía estuve imaginando cuáles podrían ser las palabras de un notario al amanecer y de algo estoy segura, que nada tienen que ver con la calidad de tu poesía.
Un abrazo.
Dorita

Beatus -

Te leo y me leo. En la página 7 de “Palabras guardadas” te escribía: “el autor no puede más que crear (…) Además, ya sabes: la obra tiene un doble autor; su autor material y su lector que es quien le da cima. La obra vuela ya libre desde que deja el nido de su creador, y es recreada cada cada vez que encuentra un lector”. Esto te lo escribía como homenaje a tus poemas, lo sigo afirmando nueve años después. Quizás esté condicionado por mi sustrato “artístico”. ¡Qué más da! Es más, ahí se encuentra la eterna juventud del poema, es trascendente, místico. Como la música, como la obra de arte… ¿Qué tu poesía hoy parece “de notario”? Nunca ha sido ajena a la vida. Recuerdo que me escribiste que tus palabras eran “palabras salidas al amanecer, al futuro (renacen en el lector nuevo, repito yo) y a la vida… y también al alma y al corazón nuevo… o renovado cada día” (Septiembre 2000).
Mariano, amigo: sigue escribiendo y seguiré viviendo contigo. Tus poemas “de notario”, “Hasta el viento querrá leerlos” (Palabras guardadas).
Más abrazos.